jueves, 28 de abril de 2011

TRASCENDIO


Que en su reaparición en el PAN, Diego Fernández de Cevallos trató de evitar llevarse él solito la ovación, de pie, que recibió en el auditorio del CEN panista.

Hasta forcejeó un poco con Luis H. Álvarez, quien intentó levantarle las manos en señal de triunfo.

Fernández de Cevallos lo evitó y prefirió colocarse en medio de Gustavo Madero y Luis Felipe Bravo Mena, y a ambos levantarles los brazos.

Que Gustavo Madero canceló en dos ocasiones la sesión de la Comisión Política del PAN para no abordar el tema de la alianza en Nayarit.

Tampoco aceptó recibir a los presidentes municipales y diputados locales panistas, quienes le pedían mantener la mancuerna con el PRD.

Que en el PRD ya se hicieron bolas, pues no saben qué ocurrirá en las diversas y contradictorias áreas de poder del partido que apoyaban “con todo” a la diputada perredista Martha García, quien será postulada por el PAN al gobierno de Nayarit.

Ignoran si continúan con su respaldo a la esposa del ex gobernador Antonio Echevarría o apostarán por Guadalupe Acosta.

Que el ex secretario de Comunicaciones y Transportes Juan Molinar Horcasitas fue decisivo para convencer a Martha García de aceptar su postulación por el PAN.

Que, como dice la canción, son sólo rumores que el tema de la nueva sede del Senado haya generado roces entre su presidente, Manlio Fabio Beltrones, y el del comité de construcción, Fernando Castro Trenti, quien ha ofrecido mostrar a los periodistas los avances en la conclusión de la obra.

La relación entre ambos legisladores, dicen los dos, está “más fuerte que nunca”, y el bajacaliforniano goza de la entera confianza del sonorense.

Que, por cierto, el petista Ricardo Monreal se quejó ayer de que desde las galerías de la nueva sede del Senado les lanzan objetos a los legisladores.

En tribuna, dijo que le cayó encima el celular de una “cabildera”, aunque no cree que haya sido de mala fe.

Si la Mesa Directiva y la presidencia del Senado resuelven restringir aún más los accesos al recinto, los más afectados serán los reporteros, a quienes todavía no se les resuelve el ingreso al primer piso del salón de plenos

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