Participé estos 16 y 17 de julio en el Encuentro de Mujeres de Izquierda ante la Emergencia Nacional, y era mi intención desde entonces contarles de ello, pero sé que nada de lo que les diga describirá con verdadero sentido lo mucho que me impactó haber estado ahí. Después de chillar como cuino atenta a sus relatos, me quede muda. Haber escuchado esas voces, haber visto esos rostros de mujeres fuertes, dignas. Convivir con tantas abuelas, madres, hermanas e hijas, mexicanas de toda la república, tan despiertas y comprometidas, ha sido de lo más impresionante y sobretodo humanizante que me ha tocado vivir en el DF. Es un verdadero honor considerarme dentro de sus filas, y me siento sumamente agradecida por haber tenido esa oportunidad.
Entre los temas abordados, muchos, los más obvios encaminados a buscar el dialogo y la propuesta ante la Emergencia Nacional, que puntualmente suscribe la situación de violencia generalizada en el país así como las más de 42,000 muertes y 18,000 desapariciones en lo que va del sexenio, muchas atribuidas dolosamente por el gobierno federal al “narco”, cuando en realidad se trata de fuertes violaciones a los derechos humanos y a terrorismo de estado; como en el tristemente conocido caso de la familia Reyes Salazar. Violencia de género y la tipificación del delito de FEMINICIDIO entendiendo que éste no es el equivalente femenino de HOMICIDIO, sino el homicidio que se comete en contra de la mujer por motivos de género. Y principalmente las acciones a tomar por parte de las mujeres de izquierda en México para lograr unificar el frente y encontrar fuerza en las coincidencias, en vez de seguir separadas por las disidencias.
Existiendo muchos tipos de feminismo, y muchas corrientes de izquierda era natural que hubiera fuertes disensos; el principal de ellos, el tema de la legalización y/o descriminalización de LASDROGAS. Mi postura como muchas veces he evidenciado es a la legalización absoluta de LASDROGAS, para que el tema se aborde como lo que es, un problema de salud y no de crimen; y la urgente industrialización de la planta del cáñamo (marihuana), para poder así sacar provecho de sus usos: médicos, lúdicos, diversas fibras, textiles, papel, biocumbustibles, alimento, entre muchos otros. Sin embargo me encontré que inclusive entre mujeres de izquierda (a quienes, tal vez equivocadamente, consideraría mejor informadas) el tema y sus beneficios es todavía desconocido y por muchas, aún satanizado.
Sin embargo, y a pesar de estas diferencias (para mí, vitales… ante la “Emergencia Nacional”, la guerra contra el narco, etc.) me pareció sumamente reconfortante darme cuenta que mis principales preocupaciones son también las preocupaciones de muchísimas mujeres de toda la república, entonces enumero:
La desmilitarización del país. El ejército no debe estar en las calles, esa no debe ser su función, no es ahí a donde pertenece. La historia nos ha demostrado que la militarización de las funciones policíacas jamás ha llevado a nada bueno, sacar al ejército a las calles puede ser sencillo, lo complicado es regresarlos a sus cuarteles. El caso de México es especialmente triste porque una de las pocas instituciones que todavía gozaban del respeto de la sociedad, y que habían demostrado en muchísimas ocasiones estar al honesto servicio de los mexicanos, ha sido expuesta al peligro corruptor de la calle, del narco, de la muerte, del dinero; esto aunado a la inhumana realidad de salir a matar a su propia gente. No olvidemos que en su mayoría, tanto el narco como el ejercito pertenecen a los mismos estratos socioeconómicos, sencillamente están en distintos bandos; la delgada línea que existe entre arremeter contra tu vecino y arremeter contra tu hermano, se está cruzando. Eventualmente ahondaré en el tema, pero para quien lo dude, le invito al revisar los casos de gobiernos militarizados en el mundo, especialmente los casos de América del Sur. Y para quien no lo ha entendido todavía, les informo: México actualmente es un país fascista, genocida, violador de derechos humanos, militarizado, que practica activamente el terrorismo de estado, que esconde información de la luz pública, y todo esto aunque nos duela, hay que decirlo.
La inminente caída del sistema capitalista y el desplome mundial del neoliberalismo. El modelo ha fracaso y esto se evidencia no sólo en México cuyo sistema clientelar y de maquila ha dejado en rezago educativo, de investigación y económico a miles de familias a lo largo y ancho del país. Mientas el campo y su gente se abandonó para convertirnos en proveedores de insumos y armadores para las grandes potencias, la investigación y la producción nacional (para el abastecimiento nacional, la autosuficiencia alimentaria, etc.) se detuvo para llenar las maquilas de operarios con educación mediocre, sueldos y prestaciones mediocres y muy pocas probabilidades de crecer y desarrollarse. A pesar del aumento histórico de las reservas nacionales y la disminución de la deuda pública, el PIB de México sigue estancado desde 1982 y las mejorías económicas alcanzadas no se han visto reflejadas en beneficios para la gente. Se ha creado (al contrario de lo que el sistema teórico proponía), mayor desigualdad, desempleo, rezago y descontento de la población en general. Revisemos también los casos de Estados Unidos que a pesar de ser potencia mundial tiene uno de los niveles de endeudamiento en relación a su PIB más grandes del mundo (por encima del 92%, según las últimas estimaciones de las calificadoras); no se necesita ser un genio financiero para darse cuenta que aumentando el nivel permitido de endeudamiento no se va a resolver el problema de fondo, poniéndolo en palabras simples, no es sano manejar la economía de un país (y para efectos prácticos, del mundo) como si estuviéramos mal manejando tarjetas de crédito, sacando de una tarjeta para pagar a la otra mientras los intereses crecen y la deuda aumenta. Y los más revolucionarios casos del norte de África y Europa, donde la población en descontento, indignada se ha levantado a protestar activamente contra sus gobiernos, sumidos más o menos en los mismos problemas, derivados del autoritarismo y del neoliberalismo voraz que beneficia a unos cuantos y perjudica a la mayoría.
Por último lo que ya conocemos bien, un sistema político corrupto y que no sirve a los intereses de la sociedad sino a la clase gobernante. Resulta que México es el mejor lugar del planeta para ser funcionario público, los invito a revisar esta estadística http://t.co/lUyI1ob. Pero mientras no tengamos, insisto, una Reforma Política que permita al ciudadano pasar propuestas a las cámaras, ¿Cómo se imaginan que los mismos funcionarios y representantes vayan a decidir reducir sus sueldos? Un sistema educativo cínicamente corrupto, rezagado en comparación con el resto del mundo, que no crea, en la mayoría de las ocasiones, ciudadanos con conciencia crítica sino seres enajenados programados para seguir ciegamente los designios de Televisa…
¡Drama! Qué más les puedo decir. Nada, supongo que si ya llegaron hasta aquí deben estar algo mareados, pero el encuentro fue basto y así también esta columna que escribo de él.
Finalmente los invito a revisar la “Declaración Política del Movimiento de Mujeres de Izquierda ante la Emergencia Nacional” en la página web: http://mujeresdeizquierda.org.mx/ porque a hombres, infantes y mujeres, de izquierda o no, la Emergencia Nacional nos esta afectando, nos esta invadiendo la vida, y es importante conocer desde todos los frentes, qué se esta haciendo para detener esta masacre. México es nuestro, y también es nuestra la responsabilidad de defenderlo.
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