viernes, 8 de julio de 2011

El costo de la derrota lo pagará el pueblo POLIMNIA ROMANA

Para algunos analistas afiliados a la derecha la derrota en las pasadas elecciones tendrá un costo para los adversarios de Carlos Salinas y de Peña Nieto. Se equivocan.

El verdadero costo lo pagará el pueblo pues perdió la oportunidad de que mejore su situación.

Como siempre ha sucedido, las promesas y los compromisos de los priistas se los llevará el viento, se los llevará el agua que corre a caudales por calles y avenidas inundando de aguas negras las pocas pertenencias de los damnificados del sistema neoliberal. Se los llevará el pago de facturas y cheques en blanco que firmaron los candidatos para llegar al poder con las viejas prácticas antidemocráticas que no garantizan un mejor bienestar para los ciudadanos. Ocurrirá lo que siempre ha ocurrido con el PRI: reparto del botín, tráfico de influencias, manipulación de la ley para proteger a los privilegiados y aumentar con ello la terrible desigualdad, la impunidad y la injusticia.

No es verdad que la gente votó por las "propuestas" ni por la “unidad” del priismo. La gente votó por hambre, por ignorancia, por desesperación y por inercia.

La supuesta democracia no ha llegado a consolidarse nunca en el país. En un sistema democrático lo primero que salta a la vista es la superación de los problemas graves, como la economía, la educación, la salud, la seguridad, el empleo. Ocupamos los últimos lugares en desarrollo y los primeros en pobreza y falta de oportunidades para la población.

La élite económica y política que nos domina jamás se preocupará por el pueblo.

Están ahí para obedecer los designios de Washington, a cambio mantienen privilegios insultantes.

Lo único que nos diferencia de la dictadura perfecta que mantuvo el PRI por 70 años es que ahora sí existe un Movimiento Nacional cuya tarea ha sido fundamental para que se dé un cambio real: conscientizar al pueblo.

Despacio que vamos lejos.

La aspiración del Movimiento que encabeza Andrés Manuel a lo largo y ancho del territorio nacional no es, como muchos suponen, llegar al poder a cualquier precio. No, su objetivo final es implantar un PROYECTO distinto al que nos han impuesto.

Su meta es acabar de fondo con la corrupción y la impunidad de quienes se han enriquecido a costa del sufrimiento de la gente, y a costa también de la pérdida de soberanía y autodeterminación.

Por supuesto que este anhelo no puede alcanzarse de la noche a la mañana, es una tarea ardua y difícil que pocos se han propuesto realizar, otros, han sido abatidos por la persecución y la venganza, han pagado con su vida la defensa de un ideal.

Los que le apuestan al continuismo y se coluden para evitar el progreso y el florecimiento de México, en el fondo saben muy bien que tarde o temprano el cambio se dará.

Lo más difícil es empezar.

Andrés Manuel junto con muchos hombres y mujeres de bien dieron el paso decisivo y con él han avivado la llama de la esperanza, que es lo único que la derecha y sus cómplices no nos verán perder.

Viva el Movimiento de Regeneración Nacional.

Viva Andrés Manuel López Obrador.

Viva el pueblo de Tabasco.

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