Perdió Alejandro Encinas Rodríguez, perdió el Partido de la Revolución Democrática, perdió el Partido del Trabajo, perdió Convergencia y perdió el Movimiento Regeneración Nacional. También perdieron, evidentemente, Andrés Manuel López Obrador, Cuauhtémoc Cárdenas, Marcelo Ebrard, Jesús Zambrano. La izquierda mexicana fue derrotada, arrasada, por el Partido Revolucionario Institucional, que ha venido ganándolo todo.
Es importantísimo que todos los izquierdistas asuman con dignidad la derrota en el estado de México. Pero, más importante aún, es que aprendan de ella. La aceptación de la victoria priísta se presenta como una ventana de oportunidad para que la izquierda mexicana le demuestre a los mexicanos que ha madurado, que se responsabiliza de sus errores y, sobre todo, que respeta la decisión de las mayorías, del electorado, de los ciudadanos que ejercieron su derecho al sufragio a favor de un proyecto distinto al que ésta les ofreció.
Se le debe sacar provecho al triunfo del PRI. La izquierda debe aprovechar que, según las tendencias, en 2012 la elección presidencial será bipolar: por un lado ésta, `por el otro el PRI, probablemente los candidatos serán Andrés Manuel López Obrador abanderado por los partidos izquierdistas, y Enrique Peña Nieto por el tricolor, el PANAL y el Verde Ecologista. ¿Cómo aprovechar esto último? Planteándole al electorado mexicano que sólo el proyecto izquierdista puede impedir el regreso del PRI a Los Pinos.
Es imperativo que se logre una alianza, de facto, entre las bases, las militancias, perredistas y panistas. Una alianza entre las juventudes de ambos partidos, no entre las cúpulas. Los izquierdistas deben aprender a convencer; esto se logrará sosteniendo las ideas progresistas con fundamentos éticos, políticos y filosóficos, no con insultos y denostando. Sólo así convencerán. Y les urge hacerlo, porque le urge sumar. Esto generará el ‘voto antipri’, y le permitirá al candidato presidencial de izquierda obtener votos panistas útiles. Porque el verdadero panista sabe que el enemigo a vencer es, y siempre ha sido, el Partido Revolucionario Institucional.
Otra cuestión fundamental es el cambio del discurso izquierdista. Esto va dirigido, principalmente, a Andrés Manuel López Obrador. Opino que ha llegado el momento de dejar de dirigir su discurso hacia ‘la mafia del poder’, y lo destine ahora, por ejemplo, a la juventud. Porque una gran cantidad de los simpatizantes de Peña Nieto son jóvenes, y éstos conforman el sector del electorado más volátil e indeciso. Creo que AMLO también debe trabajar en su escases de capacidad de autocrítica, para demostrarle a la gente que es un ser humano que comete errores, y que los ha cometido, como no haber acudido al debate durante su campaña presidencial, haber mandado al diablo a las instituciones, mismas que necesitará para legitimizar su lucha electoral, y haber organizado el plantón de Reforma. Esto, creo, lo catapultaría en las encuestas.
También opino que urge que el PRD determine quién será el candidato presidencial. El hecho de que aún no se sepa si será Marcelo Ebrard o Andrés Manuel, confunde al electorado. Y creo que el abanderado debería ser este último; en primer lugar, porque dentro del PRD el tabasqueño goza de tres veces más simpatizantes que el Jefe de Gobierno del Distrito Federal; en segundo lugar, porque el mandatario capitalino no cuenta con el reconocimiento del ex candidato presidencial; y en tercer lugar, porque creo que Marcelo debe ocuparse del Distrito Federal, o se lo arrebatará el PRI. Ebrard debe lanzarse por el senado, y arrasaría. Y no me queda duda de que en el 2018 tendría muchísimas posibilidades de ser Presidente de la República.
Por último, aconsejaría a algunos izquierdistas que cambien el radicalismo ideológico por acciones que le demuestren a la gente apolítica que el movimiento de izquierda es incluyente, que respeta, tolera, trabaja y lucha por instaurar un Estado Benefactor erguido en valores humanitarios como la justicia, la dignidad, la paz, la equidad, la fraternidad y la libertad. Ante la pésima reputación de la clase política mexicana, la izquierda se debe plantear como la única opción que represente un cambio verdadero que prometa el tan necesitado progreso. Pero para que esto se logre, se debe trabajar en la imagen y conducta de muchos izquierdistas que tanto dañan a la izquierda.
Sostengo que la alianza no hubiera funcionado. Sólo con Eruviel Ávila como su abanderado hubiera triunfado, luego entonces, los aliancistas no se deben quejar, ya que ganó su candidato. Es hora de olvidar hubieras y proponer cómos, porque la estrategia de la izquierda sin duda debe reformularse. No había candidato para contender con la fórmula PAN-PRD en Edomex, y ni sumando los votos de estos dos partidos se le hubiera podido ganar al PRI, ahí están los resultados.
Para terminar esta columna, me gustaría añadir que estoy dolido por la derrota de Alejandro Encinas. Pero que, al mismo tiempo, fue un verdadero honor haber luchado con él contra la hegemonía priísta del estado de México, y a favor del pueblo mexiquense. Seguiré luchando con él, porque la lucha debe seguir. Encinas fue un extraordinario e inmejorable candidato- Se hizo lo que se pudo; sin embargo, se debe trabajar, por lo menos, tres veces más si se quiere ganar la Presidencia en 2012.
Esos son mis humildes consejos para la izquierda mexicana. Y, claro, el consejo más importante, se debe crear a diario conciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario