Mucha gente, sobre todo panistas, asegura que de ganar el PRI en el estado de México este domingo, el culpable de la derrota de la oposición será Andrés Manuel López Obrador, por haber impedido este último una alianza entre los Partidos Acción Nacional y el de la Revolución Democrática.
Creo que están equivocados.
La alianza PAN-PRD sólo hubiera empeorado la situación electoral del estado de México. ¿Por qué?
Porque dicha alianza solamente hubiese triunfado si su abanderado hubiera sido Eruviel Ávila, el actual candidato del PRI. Hoy, sin alianza, la victoria del candidato priísta no es un hecho inexorable. También, a causa de que de no haber sido el otrora presidente municipal de Ecatepec el candidato aliancista, sólo Luis Felipe Bravo Mena se hubiese prestado para serlo, pues Encinas ya había rechazado esa oferta. Hoy todos sabemos que el ex secretario particular de Felipe Calderón resultó ser un pésimo candidato.
Hoy vemos en Eruviel Ávila la corrupción, el saqueo, la mentira, al PRI de siempre. Porque así es él. ¿Cambiaría la cosa si hubiera obtenido la candidatura de la alianza PAN-PRD? No. Las personas no cambian por cosas así, al contrario, se corrompen. ¿De verdad hubiera representado este hombre al verdadero cambio, de haberse concretado la multimencionada alianza? Tampoco, sólo Bravo Mena y Encinas lo representan.
Me alegra que no haya habido alianza. Incluso prefiero una derrota digna de Encinas y Bravo Mena contra el PRI, que un triunfo del PAN-PRD pragmático, vil y mezquino con Eruviel Ávila, priísta, de candidato. Y al final, habría de ser lo mismo, aunque no igual.
No se equivoquen. Nada hubiera cambiado. Esas alianzas eran basura política.
A crear conciencia
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