Este día, una de las noticias principales en todas las páginas web informativas del mundo tiene que ver con el giro radical que parece estar dando el caso del ex director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn. Este hombre, según The New York Times, podría ser inocente de los cargos de ataque sexual que una mujer lanzó en su contra y por los cuales está en arresto domiciliario.
La presunta víctima, que ha mentido consistentemente, podría estar relacionada con actividades ilícitas de lavado de dinero, ha recibido importantes depósitos en su cuenta bancaria y sostuvo una conversación telefónica (que está grabada) con un hombre preso con el que habló acerca de los posibles beneficios de acusar el francés que era, antes de su arresto, el principal aspirante a la presidencia de su país.
¿Y bien? ¿Qué pasará si Strauss-Kahn es inocente?
Por los cargos en su contra, tuvo que renunciar al FMI (de hecho, este organismo eligió ya a Christine Lagarde como su sucesora), su familia tuvo que erogar una fortuna para que se le permitiera permanecer bajo arresto domiciliario y, hasta hoy, se había quedado sin posibilidades de ser candidato al gobierno de Francia.
¿Qué sigue? Supongo que se le liberará rápidamente. Hasta donde conozco el asunto, los funcionarios encargados de llevar el caso en contra del francés van a retirar los cargos más graves, pero los abogados de Strauss-Kahn insistirán en que se retiren también las acusaciones menores, lo que no sería raro que ocurriera. Si resulta inocente, supongo que Strauss-Kahn podría exigir una indemnización a las autoridades que lo arrestaron y lo obligaron a gastar grandes cantidades de dinero para poder enfrentar el juicio fuera de la cárcel. No volverá al FMI, está claro. Pero sí estará, de nuevo, en condiciones de pelear por la presidencia francesa, ahora con mucho mayores posibilidades de alcanzarla que antes. ¿Quién, cómo o por qué podría impedirle ser candidato?
Tal vez el señor Strauss-Kahn, después de lo ocurrido, no tendrá fuerza para participar en una contienda electoral presidencial. Pero si decidiera hacerlo, simple y sencillamente por la etiqueta de víctima de una injusticia que a partir de este día podrá presumir, sería prácticamente imposible que se le derrotara. Las vueltas que da la vida.
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