Ayer decíamos que el presidente Felipe Calderón abrió una caja de Pandora con su “imaginativa reflexión” de que los priístas si regresan al poder pactarán con los narcos.
Pura imaginación presidencial. Ninguna prueba, ningún dato duro, ninguna acusación en firme. Y los priístas ya lo emplazaron ante el IFE, piensan demandarlo ante la PGR y lo retan abiertamente a que proporcione nombres.
Con la honrosa excepción de Ciro Gómez Leyva que afirma que los priístas ¡Claro que pactarán con los narcos¡ en un inopinado artículo en Milenio, la abrumadora mayoría de columnistas, opinadores y notas periodísticas presentaron como común denominador que la declaración del presidente Calderón a los corresponsales del NYT fue, por lo menos, imprudente, aunque muchos la calificaron de irresponsable.
Lo que preocupa es que se ve que Calderón no se va a detener en su campaña contra el PRI, como no se detiene, a pesar de todas las recomendaciones, para que revise su estrategia ante el crimen organizado.
¿Qué sigue? Pues probablemente la judicialización de las elecciones. Michoacanazos, Hank , etc.
O de otra suerte es preguntarse quién sigue. Cerca de Felipe Calderón están todavía personajes siniestros como Luis Téllez que son capaces de cualquier infundio para aniquilar al adversario.
Luis Téllez, cuando fungía como encargado de la oficina de la presidencia durante el régimen del priísta Ernesto Zedillo, recibió en Los Pinos la visita de los reporteros del NYT, Craig y Dillon, que le preguntaron qué sabía acerca de la versión de que el entonces gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, estaba ligado con el capo Amado Carrillo.
Luis Téllez, enemigo jurado de Beltrones por su asociación delictuosa con Eduardo Bours, les dijo a los periodistas neoyorquinos que él pensaba que deberían investigar a fondo el caso. Que en su oficina existían presunciones acerca del gobernador Beltrones en el mismo sentido.
El día que se publicaría la nota en el NYT denunciando a Beltrones como amigo de Amado Carrillo, yo estaba en NY y recibí una llamada del gobernador sonorense para comentarme el asunto.
Cuando yo llegué al NYT la sindicación de la nota estaba ya en todos los clientes de esa casa editorial.
El daño de Téllez estaba hecho.
Beltrones desplegó una intensa contraofensiva y limpió su nombre. Un libro que se titula, “Tú acusas, pero no pruebas” narra la infamia política, periodística y judicial de que fue objeto.
Pasado el tiempo, Beltrones me invitó a Hermosillo en un día muy especial. Se realizó el desalojo en la colonia Pitic de todos las mansiones catalogadas como “sospechosas de lavado de dinero”, con todas las pruebas y bases jurídicas correspondientes.
Felipe Calderón desquiciado porque el PRI regresará al poder está demostrando que será capaz de cualquier cosa para evitarlo.
Y con gente como Luis Téllez a su lado, el asunto se puede poner mucho muy peligroso para la vida política de nuestro país
No hay comentarios:
Publicar un comentario