Dos noticias tuvieron lugar este fin de semana para la izquierda: una buena y una mala.
Empiezo por la mala. Las elecciones internas del Partido de la Revolución Democrática derivaron en un conflicto interno. Las corrientes perredistas Nueva Izquierda (NI) e Izquierda Democrática Nacional (IDN) se culparon mutuamente de haber afectado el proceso de elección de consejeros, que incluso se vio suspendido en siete entidades, entre ellas el Distrito Federal. Dicen por ahí que el origen del problema fue la toma de las oficinas del servicio electoral por parte de gente de la delegación Gustavo A. Madero, afines a la planilla 22, y que encabezados por el jefe delegacional en esa demarcación, Víctor Hugo Lobo, impidieron que se desplazara la papelería electoral hacia la Ciudad de México, Hidalgo y Oaxaca.
Y Dolores Padierna, de IDN, responsabilizó a las corrientes NI, Foro Nuevo Sol y Alternativa Democrática Nacional (ADN) de la suspensión de los comicios, que se extendieron a siete entidades incluyendo a Zacatecas, Chiapas, Nuevo León, Campeche y Veracruz, por lo que ahí se tendrá que reponer el proceso.
La buena es que mientras esto ocurría dentro del PRD, el sábado por la tarde el Partido del Trabajo informó a través de su dirigente nacional, Alberto Anaya, que abrirá sus candidaturas a los mejores ciudadanos, aunque no sean militantes pero que estén comprometidos con las mejores causas de los mexicanos, y afirmó que su partido junto con el Movimiento Ciudadano y el MORENA iniciaron el ejercicio para definir aspirantes a candidatos a diputados federales, senadores, gobernadores, diputados locales y presidentes municipales. Todo ello, dijo, sin descartar que haya un acuerdo en el futuro con el PRD para presentar candidatos únicos de la izquierda a los puestos de elección popular, bueno, si se ponen primero de acuerdo dentro del PRD.
Alberto Anaya agregó que con ese convenio el PT busca estrechar lazos con los movimientos sociales, pues de esa manera se fortalece la identidad con el objetivo de transformación que requiere el país, por eso su partido estará abierto a las propuestas de líderes sociales, académicos, profesionistas, juristas, representantes de trabajadores, campesinos, maestros, hombres, mujeres y jóvenes para definir a sus candidatos. Y dejó muy claro que un punto común para integrar las candidaturas únicas de izquierda es que irán con Andrés Manuel López Obrador como candidato a la Presidencia. Por último, el dirigente del PT sostuvo que lo que lo que México necesita no son gobiernos de coalición entre cúpulas políticas, sino una gran convergencia de fuerzas ciudadanas que permitan hacer cambios de fondo en beneficio de las mayorías, por eso su coincidencia absoluta con la postura de López Obrador en ese tema.
De la mala noticia, es decir, de los conflictos internos en el PRD nadie debe sorprenderse puesto que se veían venir desde que los chuchos y el Sr. Ebrard hicieron acuerdos con Felipe Calderón. De cualquier forma las bases son las que decidirán el rumbo que seguirá el partido y se encargarán de evitar las imposiciones, eso espero.
La buena noticia respecto a la apertura del PT a las candidaturas para representantes de la sociedad civil y líderes sociales, académicos, profesionistas y demás gente comprometida con la transformación del país, tampoco nos sorprende pues a partir del fraude de 2006 el PT ha mostrado congruencia y se mantiene firme en su apoyo a un cambio de fondo en la vida pública del país.
Pensándolo bien, las dos noticias son buenas para la izquierda porque permitirán la definición de lo que cada grupo persigue y dejarán ver si sus intenciones son a favor de las mayorías o de pequeños grupos que aún llamándose de izquierda trabajan a favor de la derecha.
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