Y eso debería interesar a todos los ciudadanos, sean o no sean simpatizantes del mismo.
Es un partido que dejó de ser una opción de alternancia. Es una lucecita de esperanza que se apaga. Es un punto menos a favor de la democracia. Es un espacio más ganado por la ambición del poder, por el poder. Es una izquierda que se "convirtió" en ambidiestra, y "el que a dos amos sirve, con ninguno queda bien", reza una sabia frase.
No hay remedio, es un partido necrosado desde adentro. Basta ver la actitud ahora de su fundador, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el cual pretende con sus "nuevas aspiraciones presidenciales" dividir aún más al desahuciado PRD y de paso pretende debilitar la izquierda que representa López Obrador. ¿Error de Cárdenas o traición?
Ni qué hablar de Marcelo Ebrard que no conoce la lealtad y "sus valores" son del tamaño de sus intereses, donde no cabe la sociedad. Una vez escribí un tweet donde menciono que hay muchas formas de prostituirse, y Ebrard practica algunas con mucha destreza, ¿donde aprendería?
Así es que el PRD está ya en el ocaso se su corta existencia. Una vez más gana el salinismo, la traición, la ambición y la total carencia de valores éticos y morales.
Sin duda, estas puercas maniobras de ultraderecha ponen las cosas en su lugar, dan el tiro de gracia a un partido sin rumbo y quienes pretenden debilitar la verdadera izquierda, en realidad la fortalecen. AMLO camina rumbo al 2012, más seguro, más ligero y sin compromisos incómodos.
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