Me comentan que en algunas cúpulas empresariales ya no es secreto a voces que la austera y decente presencia de AMLO es la que compite seriamente para el 2012 y podría superar a la expuesta burda pantomima del candidato del PRI a quien acompañó en su presentación oficial, guión, reparto teatral diseñado y coordinado… en rojo…las damas del cuadro todas de rojo pri. Luego luego surgió el dicho popular en la mente de los mal pensados. Aquí en la selva uno de ellos al verlas, lo soltó. Primitivo el vulgo, naturalmente.
Pero se presta Peña Nieto para que la élite antes incondicional, hoy decepcionada, que ha despertado y desean cooperar con la justicia que les dicta dicha consciencia, lo comiencen a ver, no como el idóneo, no como el ejemplo moralmente aceptado. Porque concordar o ligarse a la simulación que el PRI y su títere representan, con aparente galante compostura, con impecable sincronía, o mejor dicho con hechura a medida de la apariencia, sería degradar su integridad o demostrar no tenerla. Ya no digamos que se niegan a relacionarse al estigma narco o a la corrupción que constante derraman sus arcas.
Ante la evidencia de la puesta en escena, pues, de la entrenada falsedad de EPN, tan bien capacitada para gesticular ante el micrófono los clásicos guiones redactados por décadas para el PRI, cupo la incomodidad, cupo la duda en sectores conscientes elitistas, ante la inocultable obviedad de la propaganda que les resultó desagradable.
Por lo que han comenzado a voltear a ver a AMLO, a escuchar sus propuestas y argumentos. Opinan con positivo interés a favor del trabajo remunerado en pos de la suficiencia alimentaria que él propone. Restaurar y avivar el orgullo del campesino a base de garantizar la atención prioritaria al desarrollo inteligente e incluyente del campo mexicano, es un acierto. Es el comienzo de una justicia postergada, una premisa necesaria para progresar. Para ser educado, primero alimentado.
Mientras se expande el reconocimiento al proyecto alternativo de nación de la corriente demócrata social para informar correctamente a los ciudadanos, de plano EPN con su forma y su fondo, se pone de pechito para empezar a despeñarse. Se percibe la tendencia en el arrecie mediático a su favor. Que no le hace definitivamente tal favor, porque más lo desprestigian las imágenes mostradas al son del reconocido, del taladrado demagogo e insoportable tono del PRI (AN) que tanto ha disgustado históricamente, y hoy disgusta casi sin excepción, a México.
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