El triunfalismo es funesto en la política y en la vida. Quien da por seguro un logro y se duerme en sus laureles, lo perderá. Por eso la derrota es una maestra que nos enseña y la victoria un cantinero que quiere embriagarnos. El Frente Progresista y su candidato deben aprender de las adversidades y aprovechar y consolidar el impulso reciente.
Deben observar, cuidadosamente, a sus adversarios, no dejarse acomplejar por la soberbia priísta ni menospreciar al PAN y/o a Calderón y, por supuesto, no abandonar sus propias tareas.
¿El PRI es un tigre verdadero o un tigre de papel? Ha tenido habilidad y recursos para presentar su triunfo como inevitable. Tiene una gran maquinaria alimentada por recursos fiscales y por dinero de origen desconocido. Amarró una alianza con los grandes grupos de interés. Ha impuesto un candidato gracias a una campaña de medios costosa, efectiva y hasta abrumadora. Confía en que la gente haya olvidado su fracaso y esté harta de la transición democrática. Pero puede ser un tigre de papel. Su triunfalismo lo puede llevar al despeñadero. Demuestran cada día que no han cambiado. Sus corruptelas y sus rituales siguen iguales. Han postergado a muchos de sus mejores cuadros en aras de alianzas con los verdes y con Elba Esther, seguros de que ésta los proveerá del know how para las trampas electorales. Pueden generarse grandes tensiones internas y hasta rupturas. Quizás los más duros oligarcas estén con ellos, pero muchos empresarios importantes no. La decadencia del país es consecuencia de las políticas tecnocráticas del PRI. No es muy atractivo regresar al salinismo en lo económico y a la restauración en lo político.
2012 no es 1988. El pueblo ha evolucionado. Aunque una gran masa está sumergida en el engaño mediático y sobornada con regalos miserables, son millones los que han despertado y se están organizando. La contracción económica y la revelación de las infamias de los priístas pueden sacudir quizás a la mayoría. La televisión está con ellos, pero se alquila, no se vende, y podría estar contra ellos. El PRI es vulnerable.
¿Y el PAN? No lo descontemos. Es cierto que su desempeño ha sido malísimo, pero tiene muchos recursos y una absoluta falta de escrúpulos. ¿El PAN es un tigre de papel o un tigre verdadero?
No hay comentarios:
Publicar un comentario