Lo que declara Andrés Manuel en Tabasco con respecto a la destitución inmediata, siendo elegido presidente constitucional 2012, de la mujer que ya suficiente daño le ha hecho a México, la señora Gordillo, es un punto a su favor de gran valor emocional por ser compatible con la mayoría de la población mexicana, pues ella ha manejado a su antojo el sector educativo que se ha mantenido estancado; su hegemonía sindical ha sido el mayor obstáculo para avanzar. Confabulada con el Estado para no ocuparse cual deben de nuestra infancia, de nuestros adolescentes, del sano futuro de los pueblos que conforman el territorio. Ambos han canjeado estos intereses vitales, por otros asuntos o negocios compartidos, personalmente más redituables.
Para que al fin caiga esta indeseable política (que no debe ser llamada maestra porque nos ofende aún más, que hayamos permitido injerencia en la educación a tal siniestro e ineficaz personaje) es menester que también caigan las manos que la han sostenido. Colmilluda y madrugadora, husmeando el peligro, les brindó generosa su capital y lo aceptaron.
Se ha difundido oficialmente como una “gran ventaja” electoral la alianza de Peña Nieto con el sindicalismo Gordillo. Pero la considero una movida totalmente equivocada, una falta de inteligencia estratégica el haberle permitido la entrada tempranamente, a la empoderada lideresa tan tatemada ante la sociedad. Pregunten a cualquiera sobre ella y obtendrán una respuesta de automático repudio.
A la ciudadanía le ha resultado de absoluto mal gusto, la alianza PRI-PANAL.
Le evoca incumplimiento, suciedad, corrupción, ineptitud, pero sobre todo, le indica que con Peña Nieto la educación pública seguirá igual: degradada, insuficiente, mediocre en su aportación de presupuesto, agraviada en su avance hacia logros patentes. Con Peña Nieto se mantendrían los patrones establecidos.
Todo esto lo expone AMLO en entrevista y concuerdo con él.
Es un desacierto el que Peña Nieto se deje ver tan bajo. Sucumbieron ante la presión de los votos proveídos por una lideresa sindical de desgastada mala reputación. En la percepción del pueblo, ambos están hechos de la misma pasta.
Elba Esther Gordillo, carga una falta tan pesada, de tan profundo impacto ante la sensibilidad social, que Peña Nieto debió haberlo deducido. Ahora el PRI de se ha anclado malamente. Podría perderse en el mar de repudio que persigue a esta mujer.
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