TRASCENDIO

Que a pesar de que Enrique Peña Nieto es el único precandidato de unidad del PRI a la Presidencia de la República, y de que él mismo ha dicho que no simulará competencia interna alguna, hay un individuo que quiere jugarle de patiño.

En una carta a la “opinión pública” con logotipo del PRI, Rubén de León Arteaga dice: “En 2007 y 2008, en sendos comunicados, manifesté mi propósito de contender por la candidatura a la Presidencia de la República para 2012, lo que ahora ratifico nuevamente porque tengo una visión clara del país…”.

Será bateado por el CEN, sin duda alguna.

Que ante la insistencia de los equipos de Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel para adelgazar la lista de aspirantes a la candidatura presidencial del PAN mediante encuestas, el equipo de Ernesto Cordero cambió de última hora su agenda.

El mismo Cordero había anunciado en su cuenta de Twitter que ayer presentaría su propuesta de política social, pero mejor salió a criticar el descarte por encuestas y a urgir a los debates.

Y a pesar de ser último en las consultas difundidas, a la hora de registrar su precandidatura Cordero presumió las 16 mil 381 firmas de apoyo de panistas y consejeros, por arriba de sus rivales.

Si las encuestas fueran con firmas.

Que este miércoles fue un día redondo para el aspirante presidencial del PRI Enrique Peña Nieto y no sólo por la presentación de su libro México, la gran esperanza, acompañado por Héctor Aguilar Camín y Guillermo Ortiz, entre otros.

Por la mañana, cuando acudió a la toma de posesión de Diva Gastélum, la lideresa de las mujeres priistas, el mexiquense recibió el apoyo de ese sector del PRI, además de la CNOP, expresado ahí mismo por Emilio Gamboa.

Cuentan que al ex gobernador no le preocupa que sólo haya un candidato durante la precampaña, lo que significa la pérdida de spots de radio y televisión.

Por eso ya se discutió con la dirigencia de Humberto Moreira destinar esos tiempos oficiales durante la precampaña a “posicionar los temas del partido”, más que al candidato.

Finalmente, dicen, en dos semanas prácticamente se acaba el año político.