lunes, 29 de abril de 2013

(IMPOSICIONES A COSTA DEL AGRAVIO DE OBREROS, MAESTROS Y BOLSILLO DE MILITANTES PRIISTAS, PANISTA Y TODOS PARTIDOS! DURISIMO CONTRA CLASE MEDIA!!)


La #LadyProfeco y el imposible “No te preocupes, Humberto”

FEDERICO ARREOLA@FedericoArreoladom 28 abr 2013 16:04
 
Aunque sea mucho pasar, que lo es indudablemente, digamos que defender a Rosario Robles pasa. Pero defender a Humberto Benítez Treviño, titular de Profeco, ya es un lujo que el presidente Enrique Peña Nieto no puede permitirse.
Entiendo, porque alguna lógica política tiene el gesto, que el presidente Peña Nieto haya tenido que sostener a Rosario porque, bueno, su gobierno es demasiado joven y no está como para andar despidiendo, solo porque lo exigen los partidos de oposición, a la primer figura de su gabinete que se mete en problemas.
Admitamos, con ganas de no polemizar más de la cuenta, que la señora Robles no apareció en ninguno de los audios en los que se planeaba hacer un uso electoral de los programas sociales del gobierno federal. Así que, porque Rosario no estaba directamente involucrada, el presidente Peña Nieto pudo usar, pero no sin meterse en grandes y graves aprietos, la única frase mágica que tenía para respaldar a una funcionaria en crisis mortal: “No te preocupes, Rosario”.
Esa expresión portentosa es de las que solo se pueden hacer valer una vez en el sexenio, y Peña Nieto ya lo hizo.
Así que no debe haber, claro que no, un “No te preocupes, Humberto”. Es que, ni hablar, no hay razón para que continúe en su cargo el señor Humberto Benítez Treviño, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor.
Lo que hizo la hija de Benítez Treviño, Andrea, amerita el cese inmediato de ese político. Porque ella usó, con absoluta arrogancia, el poder de su padre para mandar clausurar un restaurante en el que no se le había asignado rápidamente una mesa.
Carajo, si ella pudo enviar inspectores al restaurante lo tuvo que haber autorizado su padre. Y si el padre no se enteró de eso, pues se ha ganado el despido simple y sencillamente por permitir que su hija tenga tanto poder.
El papelón del titular de Profeco tiene que ser severamente castigado. Porque, ni hablar, no es justo que la Lady de Profeco manche la buena imagen del gobierno de Peña Nieto, que ha sido notablemente exitoso hasta el momento, sobre todo por las reformas estructurales que ha conseguido.

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