Chema Pérez Gay, la generosidad de un erudito
No hay erudición sin generosidad. Este axioma define bien a José María Pérez Gay, Chemapara amigos, alumnos y colegas, quien falleció este domingo nublado de mayo a los 70 años de edad, en compañía de Lilia Rosbach, su inseparable compañera, cómplice y amorosa anfitriona en múltiples tribulaciones.
Pérez Gay fue un germanófilo irredento y un mexicano comprometido con las luces de la Ilustración. Adoraba la lengua de Goethe, fue traductor de su obra, pero también de Thomas Mann, de Franz Kafka, de Robert Musil, Walter Benjamin, Jürgen Habermas y Hans Magnus Enzesnberger.
Su pasión por la filosofía alemana no lo dejó encerrado en su extraordinaria biblioteca de Centenario 50, en Coyoacán. Fue participante activo en iniciativas culturales como la fundación del Canal 22, del cual fue su primer director, o coordinador del suplemento cultural de La Jornada,y autor de espléndidos ensayos sobre los vericuetos del pensamiento totalitario como La Supremacía de los Abismos (editado por La Jornada Ediciones) o El Príncipe y sus Guerrilleros, la Destrucción de Camboya (ediciones Cal y Arena), o El Imperio Perdido (Ediciones Cal y Arena).
Diplomático durante buena parte de su carrera. Fue agregado cultural en las embajadas de México en la República Federal Alemana, en Austria y Francia, y embajador mexicano en Portugal (2001-2003).
Su mayor pasión y compromiso surgió desde que ingresó como asesor para asuntos internacionales al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en el Distrito Federal. Protagonista de primera línea en los meses aciagos del desafuero de 2005 y de la campaña electoral de 2006, se mantuvo siempre fiel al lopezobradorismo, a pesar del distanciamiento que esto le ocasionó con un parte de la élite intelectual a la que perteneció.
Amigo entrañable de sus amigos y hasta de sus adversarios, Pérez Gay siempre regaló una sonrisa y su extraordinaria hospitalidad para compartir no sólo anécdotas, información sino visiones siempre humanas hasta en los peores momentos de la polarización política del país.
En algún lugar del más allá, este domingo de mayo, nublado y nostálgico, reunió a Chema Pérez Gay con Carlos Monsiváis. Ambos se ríen, chismean y cuentan anécdotas. Nos esperan a los siempre convocados a la generosidad compartida, la única que siempre permanece junto a las causas perdidas y los afectos imborrables.
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