Peña Nieto y el #LadyProfecoGate
Cuando se dio a conocer el asunto de la hija del Humberto Benítez, el director de la Profeco, los periodistas simpatizantes del régimen esbozaron una sonrisa en sus columnas: he aquí un caso regalado para que el “presidente” se luzca ante sus opositores y críticos, el cese de Benítez será fulminante; cuestión de horas. Y EPN brillará más que nunca, sobre todo después de que, con todo y #ChayoGate, sostuviera sin preocuparse a Robles en el puesto.
Así lo expresaron gente como Carlos Puig y, por supuesto, Ricardo Alemán en sus respectivas columnas, entre otros. Han tenido que tragarse sus palabras.
Quisieron olvidar que Peña Nieto es un político avezado en el campo del “influyentismo” y la impunidad. O pensaron que, dejando de lado a Deschamps et al, ahora sí se redimiría, que no quedaría en verborrea su discurso de “nadie por encima de la ley”. Sobre todo, desdeñaron una experiencia emblemática, la de su propia hija, Paulina, quien ante las críticas al padre, actuara como un energúmeno clasista cualquiera, ausente de la conducta mínima que se requiere de un pariente del candidato a la presidencia o de cualquier ciudadano medianamente responsable.
Y tuvieron razón estos columnistas en especular. Si bien tirar a Robles era un asunto mayor, aquí estábamos ante un burócrata y una dependencia menores; “pan comido”. Se ordenaron investigaciones “a fondo” y sin embargo, al igual que en #ChayoGate, el #LadyProfecoGate terminó con el cese de cuatro funcionarios “checa-tarjeta” que con seguridad serán generosamente retribuidos por el sacrificio facial al cual son sometidos.
Benítez fue exonerado por su amigo, correligionario y paisano Peña, tal cual hizo el priismo de siempre. El procurador ratificado dijo que estaba convaleciente y así, él no pudo haber dado la funesta orden de clausurar el restaurante de la escena. Aquí existe ya, por lo menos, negligencia. También afirmó que reprendió a la hija. Quizá demasiado tarde, como Peña a Pau, debieron haberlas educado antes (con dinero privado o público, como es el caso, nadie tiene derecho a la prepotencia).
Y aquí el fondo que la investigación no tocó: alguien dio la orden. Por lo que se ha dicho, esta provino desde una oficina de Toluca. Andrea, #LadyProfeco, ante el estado vulnerable del padre (tomándolo como cierto), habría llamado a su hermana Rosalinda, secretaria de turismo de Erubiel Ávila (¿#LadyTurismoEdoMex?), para que, indignada y airada porque a la niña no le habían asignado la mesa deseada, tomara la línea y ordenara la clausura.
Ante la ausencia del titular Benítez, las órdenes para el funcionamiento de una dependencia federal, la procuraduría del consumidor, se dan desde una provinciana oficina en Toluca. Vaya.
Pero ya se ha dicho, como Calderón que se rodeó de amigos aunque fueran ineptos, hay demasiados funcionarios del gobierno federal traídos a la ciudad de México desde Toluca, empezando por el propio Peña.
P.D. Con tantas ladies y niñas malas, se está tardando algún productor en realizar el sexi calendario del año. Lo bueno es que hay redes sociales para armarlo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario