COLUMNAS
Razones sobre @lopezobrador_ que a @CiroGomezL le faltaron al defenderlo
Esta vez, en Milenio, Ciro Gómez Leyva coincide con los partidarios de Andrés Manuel López Obrador: Le "parece obscena la forma en que se le quiere ligar con el matrimonio de los Abarca de Iguala. Deshonrarlo con la sospecha de que, por omisa complicidad, ‘algo, algo’, tendrá que ver con la desgracia de los normalistas de Ayotzinapa”.
Para Ciro, lo que han hecho líderes priistas, perredistas y panistas es simplemente “una chingadera”.
Estoy de acuerdo, se trata de una chingadera contra López Obrador que en redes sociales, sobre todo en Twitter, circuló bastante con el hashtag#MientoenDomingoComoAMLO. Pero, creo que Ciro lo debió haber dicho, la chingadera y el hashtag en este caso son respuestas a chingaderas y hashtags de la gente de Morena que, cada vez que se les pega la gana, insultan o al menos exageran sobre los políticos rivales.
El propio López Obrador lo dijo en Twitter: “Están nerviosos porque propuse la renuncia de EPN. Se me lanzó Camacho, Manlio, Gamboa. Faltan Salinas y Fox. Pero la patria es primero”. No solo AMLO, en las redes sociales y en el Zócalo, ha exigido la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto. Sus partidarios lo han hecho en Twitter, hasta con segunda llamada, es decir, con dos hashtags.
Obscenidad contra obscenidad, pues. Es decir, simple política. Como siempre se ha hecho, ásperamente, con exageraciones, aun con insultos.
Me pregunto si Ciro vio, antes del arranque del mitin de Andrés Manuel en el Zócalo, una gran imagen al lado de Jesusa Rodríguez mientras esta admirable mujer hablaba: dos fotos para igualar a dos parejas: la del matrimonio Abarca-Pineda (exalcalde y exprimera dama de Iguala prófugos) y la de EPN-Angélica Rivera. Otra gran chingadera que no se justifica.
Hoy El Universal presenta fotografías de AMLO con Abarca que, la verdad de las cosas, lo único que prueban es que Abarca se acercó a Andrés en un mitin, como tantas personas se acercan al tabasqueño sin que este sepa de quiénes se tratan. ¿Por qué la chingadera de El Universal? Es la respuesta del dueño de ese periódico, Juan Francisco Ealy Ortiz, a una vieja chingadera que le hizo AMLO. Lo explico.
En 2006, Ealy Ortiz le confió algunas cosas a López Obrador y hasta le dio un video de una cena en la casa del dueño de El Universal a la que asistieron obispos y Carlos Salinas de Gortari. El licenciado Ealy confiaba en Andrés Manuel, esto es, eran de alguna manera amigos. Lo que Ealy le confió a AMLO este lo publicó en sus libros, indebidamente desde luego. Y el video Andrés lo entregó a la producción de la película “Fraude: México 2006”. Al director, Luis Mandoki, y a mí, que era el productor ejecutivo, Manuel Camacho nos contó que Ealy Ortiz había quedado muy lastimado por eso y nos pidió disculparnos. “Pues nosotros ni conocíamos el origen del video, Manuel, qué quieres que te digamos”.
Amor con amor se paga. Y a las chingaderas se responde con chingaderas…
Honra a Ciro Gómez Leyva, un periodista muy agredido en 2006 por Andrés Manuel y sus partidarios, entre los que me incluyo, defender ahora al dirigente de Morena. A las chingaderas Ciro está respondiendo con objetividad periodística. Lo mismo ha hecho Julio Hernández, de La Jornada. Como a Ciro hace 8 años, en 2014 AMLO descalificó de muy mal modo a Julio. Solo porque Julio dijo que Andrés Manuel ha recurrido aldedazo. Por cierto, uno de los dedeados por AMLO se llama Lázaro Mazón, del que Andrés no habló en el Zócalo. Y debió haberlo hecho, ya que Mazón ha sido el jefe político de Abarca. Es que, está bien, López Obrador no conoce al prófugo exalcalde, pero el principal aliado de este delincuente, Mazón, fue elevado por el propio Andrés a la categoría de hombre fuerte de Morena en Guerrero.
Personalmente, solo tres cosas le he reprochado a Andrés Manuel:
1.- Las medias verdades, como esa relacionada con Abarca-Mazón.
2.- Que cada vez que se le critica (como lo hicieron en 2006 Gómez Leyva, hace meses Julio Hernández y la semana pasada Proceso) responde diciendo que son trucos de la mafia en el poder para igualarlo a los otros políticos, lo que AMLO no acepta pues él es distinto a todos, el único que jamás ha hecho nada malo.
3.- La utilización de los medios a su conveniencia, como en el caso de Reforma, que en 2012 era el gran diario según AMLO –solo porque lo favoreció en una encuesta– y ahora es un instrumento de la mafia mediática, solo porque presentó una nota en la que un diputado local guerrerense afirma que, hace dos años, informó a AMLO que Abarca y su esposa andaban en malos pasos.
Durante años he pensado que Andrés Manuel López Obrador es un gran político. El que me convenció de las enormes virtudes de AMLO fue Ciro Gómez Leyva, en 1997 o 1998. Trabajábamos en la revista Milenio y Ciro pensó que valía la pena darle la portada al “hombre que había sacado a la izquierda del marasmo”. Justificó Ciro su idea contando la trayectoria de Andrés Manuel. Y sí, era la de un personaje que puede ocupar un sitio de privilegio en la historia.
Años después conocí a Andrés Manuel y en 2006 lo acompañé en su primera campaña presidencial. Nos hicimos amigos. Lo quiero mucho, espero que él no me desprecie ahora porque lo critico. Y desde luego espero volver a verlo simplemente para platicar. Me alejé de su equipo en 2011 porque me pareció que la llegada de algunos pragmáticos, como el empresario Alfonso Romo, iba a restar y no a sumar. Pienso que Romo está al lado de AMLO para usarlo como paraguas, de tal modo de que no lo moje tanto el agua de alguna tormenta fiscal que lo acecha.
El pragmatismo llevó a AMLO a hacer cosas con las que no estuve de acuerdo, como acudir a Televisa a darle la mano a Joaquín López-Dóriga. Me pareció un grave error porque Andrés ya había derrotado a la televisora y solo era cuestión de tiempo para que el propio Emilio Azcárraga pidiera una reunión para garantizar una cobertura imparcial en las campañas de 2012.
El pragmatismo cortó el avance de AMLO en las encuestas, cuando uno de sus operadores, un uruguayo, fue grabado pidiendo donativos ilegales para la campaña. En 2006 Andrés había sido muy cuidadoso para que eso no ocurriera. En 2012 quién sabe por qué no vigiló a su equipo.
El pragmatismo llevó a AMLO a pactar en 2012 con Ángel Aguirre, al que en efecto no apoyó tiempo atrás durante su campaña a gobernador.
El pragmatismo impidió a AMLO romper con Marcelo Ebrard, que fue el principal responsable de la llegada del impresentable Aguirre a las filas del PRD.
El pragmatismo empujó a AMLO a hacer de Mazón, sin investigarlo lo suficiente, el hombre más importante de Morena en Guerrero.
En 1994, después del asesinato de Luis Donaldo Colosio, el entonces secretario de Hacienda, Pedro Aspe, me invitó a comer. Le dije que la ventaja de Donaldo era que ya no iba a hacer nada que cambiara, para mal, su imagen. Los que seguimos vivos, Pedro, tiempo de sobra tendremos para hacer las cosas mal.
Andrés Manuel debe tener cuidado porque sigue vivo y espero que viva muchos años más. Todavía puede seguir cometiendo errores graves que le quiten su lugar, que tanto busca, entre los “buenos” de la historia de México.
En “La Rayuela”, de La Jornada, se lee este martes: “De perdida en España se airea la corrupción y no pocos funcionarios de alcurnia van tras las rejas. ¿Cuándo aquí?”.
Es verdad, ¿cuándo aquí? Les faltó añadir a los editores de La Jornada que allá, después del escándalo, la exalcaldesa de Madrid, Esperanza Aguirre, declaró rápidamente que se sentía profundamente avergonzada por lo que hizo uno de sus subordinados y pidió perdón.
A Andrés Manuel le ha faltado grandeza para sentirse profundamente avergonzado por lo que políticos “de izquierda” hicieron en Iguala, y sí, no ha tenido la calidad moral que se necesita para pedir perdón. En el fondo es lo que se le reprocha a un líder tan importante.
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