Goebbels: Te noto pasmado, abatido, confundido y paralizado.
Maquiavelo: Tenemos un problema grave. Un mes buscando a 43 estudiantes normalistas desaparecidos, sin resultado alguno. Todo apunta a una masacre. Pero no queremos ser nosotros los que anuncien esa conclusión, sino los científicos e investigadores. Y esto lleva su tiempo, por lo menos dos meses más.
Goebbels: Estira el tiempo. Administra el conflicto. Dosifica los resultados. Hoy presenta a cuatro implicados, la próxima semana a otros dos, y en la última a todos juntos. Es mejor hablar sobre el estado del crimen que de un crimen de Estado.
Maquiavelo: Esto no aguanta mucho. La presión internacional, los movimiento de protesta y el deterioro del gobierno se agudiza cada día que pasa sin resultados.
Goebbels: “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
Maquiavelo: Ya hicimos eso. Presentamos a una banda de evasores fiscales textiles, capturamos a unos cabecillas de los zetas en Tamaulipas y a unos cerebros financieros del pacífico, incluso, aceptamos la responsabilidad oficial en las ejecuciones extrajudiciales de Tlatlaya, pero la presión no baja.
Goebbels: Apuesta al olvido. Recuerda: “la inteligencia de las masas es pequeña, y su capacidad de olvido, grande. Por eso hay que repetirles las cosas mil veces”.
Maquiavelo: Llevamos un mes apostando al olvido y a que bajen las protestas, pero éstas crecen y suben de tono. Quemaron el palacio de Chilpancingo, después saquearon tiendas y centros comerciales. Las protestas se replican en otros estados y ciudades, mientras que los estudiantes de las principales universidades del país se organizan para hacer paros y huelgas, hasta que aparezcan los normalistas de Ayotzinapa.
Goebbels: Empieza a hablar de una conspiración de la ultraizquierda para desestabilizar a las instituciones. Criminaliza a los manifestantes. Di que esas escuelas rurales normales son nidos de guerrilleros. Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas son egresados de Ayotzinapa. Ni se te ocurra decir que esos centros son el único canal de movilidad social de los jóvenes indígenas más pobres del país, porque los haces héroes. Tampoco digas que llevaban dos años protestando por la reforma educativa que les canceló su contratación automática como maestros. Para distraer a la gente, no necesitas de grandes investigaciones, sino de grandes elucubraciones. Recuerda: “Mientras más grande es la mentira, más fácil la gente se la cree”.
Maquiavelo: Estoy pasmado, porque en cuanto se compruebe que los policías municipales de Iguala y Cocula que secuestraron, desaparecieron y eventualmente mataron a los 43 estudiantes, en complicidad con un cartel de la delincuencia, eran fuerzas policiales pagadas con recursos federales (partidas del subsemun), que las patrullas utilizadas para perpetrar la desaparición forzada también se compraron con recursos federales (el fondo de seguridad pública) y que los permisos de las armas utilizadas para cometer parte del agravio también tienen un origen federal (sedena), el mundo se me va a venir encima, porque tengo responsabilidad compartida, no por comisión ciertamente, pero sí por omisión. En materia de violaciones graves a los derechos humanos, como es el caso de los normalistas desaparecidos, el origen del dinero y de las armas utilizadas en una masacre es la primera causal de responsabilidad compartida. Así lo establece la jurisprudencia al respecto.
Goebbels: No te preocupes, eso va a llevar mucho tiempo. Mientras tanto, recuerda: “descarga sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque”; “una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad”. Diluye la responsabilidad entre otros actores. Levanta cortinas de humo. Tizna al que está a tu derecha y retizna al que está a tu izquierda. Di que todo el mundo sabía que lo de Iguala ocurriría, pero que prefirieron voltear hacia otro lado. El PRD, AMLO, el gobierno estatal.
Nunca vayas a decir que tú como autoridad federal, también lo sabías (Cisen, Gobernación, PGR, inteligencia militar), porque eso ya no es cuestión de información sesgada, sino de responsabilidad oficial. “Éste es el requisito para que la guerra pueda tener un final satisfactorio: que la crisis en el campo enemigo estalle antes de que nosotros hayamos caído”.
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