sábado, 1 de agosto de 2009

Aprovecha NI ausencia de otras corrientes para ratificar a Ortega al frente del PRD


Advierte IU que podría haber violencia al reanudarse hoy la sesión del Consejo Nacional

Grupos habían abandonado el cónclave por propuesta de votar si permanecía en el cargo


En la ciudad de Morelia se llevan a cabo los trabajos del Consejo Nacional del PRDFoto Notimex
Enrique Méndez
Enviado
Morelia, Mich., 31 de julio. En una maniobra de último momento, la corriente Nueva Izquierda (NI) aprovechó, poco después de las 10 de la noche, la salida de consejeros del bloque de Izquierda Unida (IU) de la sesión del pleno del Consejo Nacional para ratificar a Jesús Ortega Martínez como presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), aun cuando él reconoció ser el principal responsable de la debacle electoral.

Primero, NI aprobó integrar una comisión que presentaría un resolutivo a una propuesta de Ortega, quien planteó que el consejo realizara una votación que ratifique o no su permanencia en el cargo. Sin embargo, una vez que los consejeros de IU consideraron ese planteamiento como una farsa y salieron de la sesión, Ortega y sus seguidores aprovecharon que Gerardo Unzueta pidió votar la destitución del dirigente nacional para ratificarlo.

Ortega pidió la palabra y retiró su propuesta para solicitar que se votara, entonces, el planteamiento de Unzueta, quien antes se había desgañitado para exigir, a su vez, que su punto se sometiera a discusión. La mayoría de los Chuchos votó en contra de la iniciativa del viejo militante perredista, por lo que –arguyeron– automáticamente Ortega quedaba confirmado en el cargo.

Los consejeros de IU se enteraron de la maniobra hasta que se les consultó y Ricardo Ruiz anticipó que, al reanudarse este sábado los trabajos del consejo incluso podría haber conatos de violencia.

División y retroceso electoral

Desde la tarde, la división del partido se había ahondado con la propuesta de Ortega y el impostergable análisis del retroceso electoral del PRD el 5 de julio.

Así, mientras los consejeros que forman parte del bloque de IU afirmaron que la caída en las preferencias se explica por la imposición de candidatos, la pésima campaña y el colaboracionismo de NI con el gobierno de Felipe Calderón, los Chuchos sostuvieron que el derrumbe se debe al respaldo de Andrés Manuel López Obrador al Partido del Trabajo y a Convergencia.

En ese contexto, el senador René Arce Islas –esposo de la ex candidata a la jefatura delegacional en Iztapalapa, Silvia Oliva– formalizó su solicitud al consejo para expulsar a López Obrador por apoyar a candidatos de otros partidos, por lo que esa instancia deberá someter a consideración su postura.

Al tomar la palabra, Arce Islas afirmó que los fundamentos de la derrota perredista están en otra parte, en los excesos e indefiniciones de un personaje que llevó a la izquierda a su punto más alto y la ha dejado en su punto más bajo por no saber manejar su derrota.

En referencia a López Obrador, dijo que éste se ha manejado por el odio y ha utilizado conceptos como traición, colaboracionismo y mafia para referirse a NI, pero que en su respaldo a otros partidos le ha abierto el camino al PRI para que se recupere.

Inclusive, afirmó que el PRD no puede permitir que los personajes se impongan al instituto político, llámense como se llamen: Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador o mañana Marcelo Ebrard.
Fallida campaña en medios

En el debate sobre la responsabilidad de Ortega Martínez, la ex diputada federal Dolores Padierna cuestionó la fallida campaña del presidente perredista en espots de radio y televisión, con los que –acusó– pretendió legitimarse, aprovechando la imagen de la niña Asuka Matsushima, conocida como Mariana, pero con ello consumió los tiempos oficiales destinados a los candidatos.

De esa campaña se suprimió hasta el logotipo del PRD y no se quiso aprovechar el capital político de López Obrador, dijo. Ante ello, consideró que Ortega debe asumir su responsabilidad y no obstinarse en permanecer en el cargo, además de que, señaló, el consejo no tiene facultades estatutarias para ratificarlo, sobre todo cuando lo que se busca es una legitimación.

La disputa fue seguida por los reporteros desde la puerta del salón, ya que la coordinadora de Comunicación Social, Verónica Juárez, los sacó, con el siguiente argumento: Es que ustedes se ponen muy loquitos.

Tras la salida de un centenar de consejeros de IU y opositores a Ortega Martínez, el diputado Humberto Zazueta, de Los Cívicos, aseguró que la propuesta del dirigente partidista de someter a votación su permanencia al frente del PRD era una farsa, porque su obligación era presentar su renuncia por escrito para que el pleno determinara si la admitía.

El presidente de la mesa, Camilo Valenzuela, se empeñó en votar la integración de una comisión especial, cuando el tema no está incluido en la convocatoria. Con ello ayuda a Ortega para que su mayoría le diga que no se vaya, en una actitud que no ayudará al partido, expresó.

El legislador afirmó que esta farsa no contribuirá a superar la crisis del partido, porque no hay voluntad legítima de una reforma interna, y lo que se trata es de ir a un Congreso Nacional en el que, como esta noche, se imponga una visión de un partido que ellos han sustentado en el fraude.

La postura de Ortega contrastó, desde el mediodía, con su discurso, en el cual aseguró que no tiene obcecación alguna por mantenerse en la dirigencia y que, por tanto, si su separación del cargo era necesaria para superar la crisis desde luego que lo haré.

¡Renuncia ya!, le gritaron. Ortega, en cambio, dijo que la decisión de dimitir no debe ser resultado de una exigencia que se alimenta del rencor, sustentada en la pasión por la venganza ni de columnistas a quienes igualmente motivan resentimientos o que de manera ligera se sostienen en ignorancia o mala fe.

Ni tampoco, afirmó, de una vulgar imitación de la dimisión de Germán Martínez a la dirigencia del PAN, quien fue separado del cargo por quien lo puso, es decir, por (Felipe) Calderón.

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