lunes, 10 de agosto de 2009

De Andrés Manuel para Obama



"JUSTICIA PANISTA"

10 de Agosto, 2009 - 00:00
El comunicado que el sábado pasado envió el Presidente Legítimo de México a Barack Obama y a Stephen Harper, explica perfectamente el daño que el TLC le ha hecho a nuestro país. La competencia desleal que nuestro campo ha padecido desde que Carlos Salinas prefirió defender los intereses de sus socios, dejando a un lado las necesidades de los productores mexicanos, ha llevado a la economía nacional al desastre total.

La idea de tener un libre comercio con los vecinos del norte se escuchaba muy bonita, pero a tanta frívola publicidad le hizo falta describir lo que redactaron con letras chiquitas los compadres del pelón. Con el paso de los años la gente informada se dio cuenta que lejos de beneficiarnos, el mentado tratado sólo envenenó nuestras tierras y nuestras cosechas.

Las sabrosas manzanas de Chihuahua no pueden competir en precio con las masudas y pintadas manzanas "Washington", pues del otro lado los fertilizantes y demás productos necesarios para su cosecha, son subsidiados por el gobierno de los Estados Unidos. Así pasa con la carne, las verduras, los alimentos procesados y hasta con el maíz.

Esta situación es la que ha llevado a millones de paisanos a arriesgar su vida con tal de conseguir un trabajito en la pizca de naranja en La Florida, de jardineros en California o de meseros en Nueva York, porque en sus pueblos el campo no tuvo más remedio que bajar la cortina. Sale más caro tratar de vender la piña á 10 pesitos la pieza en un crucero de la ciudad, que dejarla pudrirse en la tierra.
Lo que escribió Andrés Manuel López Obrador en esta carta al presidente de Estados Unidos y al primer ministro de Canadá no es nada nuevo para los habitantes de la sierra Mixteca de Oaxaca, sin embargo, lo que es tan claro como el agua para cualquier persona, para Calderón es una complicada ecuación de tercer grado. Su limitada inteligencia no le da más que para caravanear a Obama y a Harper en la próxima Cumbre de Norteamérica. No conoce otra forma de comportamiento, es como una enfermedad contagiosa y la fuente de infección está en Los Pinos. Ese miedo a contradecir a los vecinos del norte no es gratuito; cualquiera que se atreva a pensar diferente a ellos es castigado con fraudes, golpes de estado, campañas de terror, descalificaciones sin fundamento, bloqueos económicos, guerras antiterroristas, etc.

Un tratado de libre comercio debe ser firmado por naciones en igualdad de competencia. El tratado que nos aplasta el cuello fue firmado en condiciones de completa desigualdad. Mientras ellos ganan nosotros perdemos.

Queda claro que en México sólo hay un hombre que puede fajarse los pantalones y desafiar a los vecinos del norte, convencerlos de que ese tratado debe ser revisado para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los pueblos de las naciones suscriptas, así como para la protección de los derechos humanos y el medio ambiente, y no como ha venido sucediendo, para beneficiar a los grandes monopolios del mercado.

Muy preocupados por coordinar acciones de carácter militar, no se dan cuenta que la única forma de acabar con la violencia es combatiendo la desigualdad. Como dice Andrés Manuel, la paz es fruto de la justicia

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