Normalmente soy el primero en señalar que no se debe tachar a nadie de “lastre” dentro del movimiento lopezobradorista, pero lo que pasó ayer en el mitin de Alejandro Encinas no permite calificar de otra manera a Nueva Izquierda--que nisiquiera son parte del movimiento, sino aliados del PAN: Son un lastre para Encinas.
Los mítines donde Encinas ha estado acompañado por AMLO han sido nutridos, sin acarreos, y el apoyo a todos los oradores ha sido incondicional.
Pero ayer, Encinas se hizo acompañar por el dirigente del PRD, Jesús Zambrano, número dos de abordo de los Chuchos. ¿El resultado? Que apenas pudieron llenar media plaza de Ecatepec y un sonoro abucheo de los militantes y simpatizantes perredistas para Zambrano cuando intentó leer su discurso.
Era de esperarse. Zambrano ha sido uno de los principales promotores de la alianza del PRD con el PAN y uno de los que más ataques ha lanzado contra López Obrador. Era obvio que Zambrano y los Chuchos iban a generar repudio y de plano echarle a perder el mitin a Encinas.
Parte de la culpa es de Encinas, quien pecó de ingénuo al suponer que Zambrano podía meterse a la campaña así nomás, como si ninguno de sus agravios contra la militancia perredista y simpatizantes de izquierda hubieran ocurrido y sin que hubiera consecuencias.
Para que los Chuchos puedan entrar en la campaña de Encinas sin causarle un severo daño electoral, tres condiciones tendrían que ocurrir:
1. Zambrano tendría que renunciar a la dirigencia del PRD y llamar a elecciones de nueva dirigencia con urnas y sin la participación de los chuchos.
2. Jesús Ortega tendría que pedir una disculpa pública a la militancia del PRD por los agravios que le ha hecho y confesar las trapacerías que ha acordado con el PAN. Desde luego con el compromiso de ya no seguir siendo un subordinado político de Felipe Calderón.
3. Ninguno de los dirigentes de Nueva Izquierda deben aparecer en el templete con Encinas. Pueden ayudar a la organización de los eventos y promoción de campaña, pero guardando estricto bajo perfil.
De no cumplirse estas condiciones, la presencia de los Chuchos en la campaña de Alejandro Encinas será un lastre, un auto-sabotaje y un tiro en el pie. Esperemos que lo entienda Encinas.
Por eso mejor Encinas 2011 y AMLO 2012.
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