A lo largo de la semana que concluye, el Banco Mundial no soltó el tema mexicano ni un solo día, y mucho menos a la (supuesta) autoridad responsable de tantos logros de saliva. La zarandeada comenzó con la alerta por la oleada sin precedente de violencia en el país, pasó al menoscabo del desarrollo por privilegiar las actividades militares, siguió con el abierto desmentido al calderonato en materia de recuperación (México todavía no supera la crisis económica) y generación de empleo, machacó sobre el probable desbordamiento de las capacidades institucionales por el narcotráfico, y de allí se fue a cuestionar el peligroso crecimiento en el gasto militar y el avance de la pobreza.
La tunda propinada al inquilino de Los Pinos y su gabinetazo, sin exonerar a Legislativo y Judicial, se ha dado en el marco de la reunión de primavera que conjuntamente organizan el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (instituciones que utilizaron a México como uno de sus laboratorios predilectos para poner en práctica el nuevo orden económico), la cual se desarrolla en la capital estadunidense. Y aún restan dos días de agenda, durante los cuales es de esperar que los pronunciamientos sobre los profundos cuan dolorosos problemas de México se mantengan en la marquesina principal.
El pasado lunes, el Banco Mundial difundió su Informe sobre el desarrollo mundial 2011, en el que advierte que México se encuentra ante una oleada sin precedente de violencia, a consecuencia de encontrarse en la frontera del mayor mercado de inmigrantes, consumo de estupefacientes y producción de armas. El tráfico de drogas, la trata de personas, el blanqueo de dinero, la explotación ilegal de los recursos naturales, la falsificación y las violaciones de los derechos humanos, advierte, son actividades lucrativas que facilitan la penetración de la delincuencia organizada en las vulnerables estructuras sociopolíticas, judiciales y de seguridad de los países en desarrollo (La Jornada, Susana González).
Un día después, el organismo financiero multilateral subrayó que una de las causas de que México se encuentre ante una oleada sin precedentes de violencia es el trasiego de drogas, pero no es la única; también influyen el tráfico de migrantes y de armamento. Los factores externos pueden agudizar los riesgos de violencia. Los grandes problemas de seguridad exterior, como las nuevas pautas del tráfico de drogas, pueden desbordar las capacidades institucionales. Aunque no lo precisa para el caso de México, el país es uno de los más desiguales de América Latina, que es a la vez la región de mayor desigualdad en distribución del ingreso en el mundo. Otra causa interna que plantea el informe como detonantes de la violencia es el desempleo juvenil, que genera incentivos para incorporarse a pandillas (en México hay 7 millones de jóvenes que no estudian y tampoco tienen trabajo fijo y remunerado) (La Jornada, Roberto González Amador).
El miércoles, el tema central fue la constante alza en los precios de los alimentos y de los combustibles, y su estrecha relación con el crecimiento del hambre en el planeta. México es uno de los países directamente afectados por esta circunstancia, toda vez que, desde 1995, cuando menos, es importador neto de alimentos. Año tras año, la balanza respectiva resulta deficitaria, producto de la creciente importación de lo que hace no muchos años se producía internamente. El incremento pronunciado en los socialmente sensibles precios internos de alimentos y combustibles puede tener importantes consecuencias negativas en la distribución del ingreso y por lo tanto desencadenar tensiones sociales, de tal suerte que no es momento para la complacencia, alertó el Banco Mundial, un mensaje que en Los Pinos fácilmente encontraría uno de sus principales destinatarios.
Para el jueves el gobierno calderonista ya no sentía lo duro sino lo tupido. El multicitado organismo financiero advirtió que México representa un claro caso de recuperación económica sin empleo. El país es una excepción a lo que ocurre en el conjunto de América Latina. En plena recesión de 2009, la región no sufrió una destrucción significativa de puestos de trabajo, mientras que en la recuperación ha logrado reducir de manera rápida el desempleo, expuso el Banco Mundial. Sólo México es un foco especial en materia de empleo en la región; es un país estrella en el ámbito macroeconómico, pero el gran misterio es por qué no consigue generar tasas de crecimiento mayores, mientras que la tasa de desempleo se ha incrementado desde la recesión.
Ayer, el Banco Mundial puso el dedo en otra de las muchas llagas que tiene la nación: con Calderón aumentó 44 por ciento el gasto militar; en el presupuesto a educación y salud, incrementos marginales; notoria alza en la pobreza en los dos primeros años de gobierno. En la información publicada por La Jornada, también de González Amador, se advierte que el gasto militar en México creció el último año a una cifra sin precedente de 64 mil 348 millones de pesos, un incremento de 44 por ciento respecto del monto registrado al inicio del calderonato. “La asignación de mayores recursos públicos a la compra de armas y el mantenimiento de tropas contrastó con la tendencia de gasto en educación y salud, que reportó incrementos marginales.
(De acuerdo con la estadística oficial, de 2007 a 2011 el presupuesto conjunto de las secretarías de la Defensa, Marina y Seguridad Pública Federal, más PGR ((incluido el concepto de previsiones salariales y económicas) acumula poco más de 485 mil millones de pesos. Nominalmente, el presupuesto destinado a la Sedena prácticamente se duplicó entre 2007 y 2011; el de la Marina se incrementó 67 por ciento; el de la SSPF 162 por ciento y el de la Procuraduría General de la República 31 por ciento).
Para redondear el panorama, el organismo financiero reporta que la pobreza en México creció en el primer bienio del actual inquilino de Los Pinos, sin considerar los resultados 2009-2010. “Tal como ocurrió en el promedio nacional, la pobreza se incrementó tanto en el medio rural como en el urbano. En el primer caso, afectó a 54.7 de cada 100 habitantes en 2006, una relación que creció a 60.8 de cada 100 en 2008. En el medio urbano, estaban en condición de pobreza 35.6 por ciento de los mexicanos en 2006, porcentaje que aumentó a 39.8 en 2008.
Las rebanadas del pastel
Cancelada la semana de México en Francia, el Banco Mundial consideró buena idea retomar la bandera, pero en Washington. Y a la reunión de primavera le restan dos días.
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