Felipe Calderón y su porro secretario del Trabajo, Javier Lozano, no cumplieron su compromiso de reinstalar a los trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro que aceptaron ser liquidados.
Ayer iniciaron un plantón afuera de Los Pinos para exigir que se les reinstale en la Comisión Federal de Electricidad, después de casi dos años de haber sido echados a la calle, o que se les brinde el financiamiento para crear las 68 empresas cooperativas que prometieron constituir.
Lamentablemente para estos trabajadores y para muchos otros que creyeron en el “presidente del empleo”, la situación no va a cambiar si no cambia la actual política económica, privatizadora de empresas nacionales y destructora de las conquistas laborales.
¿Con estas tomadas de pelo de parte del gobierno federal, y sus cómplices del PRI que avalaron el decreto inconstitucional que acabó con la empresa Luz y Fuerza del Centro, pretenden que la gente crea que a partir de 2012 serán solidarios con el pueblo?
Pues no.
Cada vez son más los mexicanos decepcionados de los gobiernos prianistas y, al mismo tiempo, esperanzados en que se dé un verdadero cambio en el país.
Las acciones perversas de la derecha son las que fortalecen al Movimiento que encabeza López Obrador por todo el país. El descrédito de las instituciones y la ineptitud de los gobernantes prianistas están orillando a más mexicanos a sumarse al MORENA. Aunque digan en la tele que el PRI “arrasa” y que lleva “carro completo”, ya sabemos cómo manejan las cosas en la TELE para ocultar los fraudes electorales y el aparato de Estado al servicio de candidatos corruptos.
A quienes han perdido su empleo, a quienes han perdido a sus familiares en la guerra estúpida “contra el narco”, a quienes no cuentan con la oportunidad de inscribir a sus hijos en una escuela o brindarles servicios de salud y una buena alimentación, a los damnificados por las inundaciones que pudieron evitarse, de poco les servirán las despensas y los “regalos” que les ofrecen PRI y PAN en tiempos de elecciones.
El verdadero temor de la mayoría de los mexicanos no es sólo la inseguridad y la violencia, sino la otra violencia, la que ejercen los gobiernos autoritarios que marginan a la gente y la mantienen sumida en la pobreza y la ignorancia.
Ante tantas injusticias el pueblo se está organizando desde abajo. Algunos sectores ya tocaron el límite de lo soportable y sus protestas pueden desencadenar situaciones violentas que a nadie convienen. Por eso es importante contar con un Movimiento Nacional PACÍFICO. Quienes están acercando el cerillo a la mecha deberían de agradecerlo y no descalificar y golpear TODOS LOS DÍAS al líder que lo encabeza.
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