El atentado ocurrido en Monterrey debe ser un parteaguas para México; si no se detiene esa violencia en este momento y la sociedad no se involucra en el desafío que representa, ese tipo de violencia se puede generalizar a todo el país, advirtió el ex alcalde de Palermo y actual diputado italiano Leoluca Orlando, mientras que el juez español Baltasar Garzón, precisó que lo que pasó en Monterrey se puede trasladar al Distrito Federal si no se contiene el fenómeno y no se atiende el punto de inflexión que significa el ataque en el que murieron 52 personas.
Los dos personajes estuvieron ayer de visita en las instalaciones de EL UNIVERSAL, y en una plática con columnistas y editorialistas de esta casa hablaron de los recientes hechos en Monterrey y de la situación de inseguridad y violencia que vive México. Cuando se les preguntó si se podía llamar “terrorismo” al ataque al casino en la ciudad norteña, los dos difirieron. Para el que fuera alcalde de Palermo e impulsor de la “cultura de la legalidad” que revirtió la corrupción y redujó el dominio social de la mafia siciliana de la Cosa Nostra, el atentado en Monterrey “sí fue un acto terrorista, porque el terrorismo busca generar miedo y con ese ataque se buscó llevar miedo a dos actores: los dueños del casino y a los ciudadanos atacados”. Sin embargo, la opinión de Garzón fue diferente: “Declarar que el acto fue terrorismo es una opinión política que era innecesaria; correspondía en todo caso a la PGR o a la procuraduría estatal investigar y declarar si se configuraba el delito de terrorismo, lo otro es pura opinión política”, dijo en alusión al discurso presidencial que calificó los actos como “terroristas”.
Junto a Orlando y Garzón, estuvieron en este diario la fiscal de la Audiencia Nacional Española, Dolores Delgado, y el juez Fernando Andrew, también del órgano de justicia español. Este último se refirió a la clasificación anticipada de “terrorismo” en los atentados de Monterrey como algo riesgoso, porque si no hay una calificación judicial del delito y se adelantan definiciones se incurre en lo que llamó “el derecho penal del enemigo”, en el que se tacha de terrorismo a acciones y grupos para justificar su combate a través incluso de métodos extralegales, y puso como ejemplo la guerra de George W. Bush contra el terrorismo. “Hay que tener mucho cuidado en la clasificación de terrorismo”, dijo el juez Andrew.
A la pregunta de por qué en España, con uno de los mayores consumos de drogas en Europa, no había tanta violencia por el tema del narcotráfico como en México, el juez contestó que “en España nunca se ha utilizado al Ejército para combatir ese problema y nunca se le ha sacado de la vía judicial civil”. Tanto el juez Garzón como el alcalde Orlando dijeron esperar que la sociedad mexicana reaccione y salga a las calles a exigir el fin de la violencia. Garzón habló del movimiento de “la indignación activa” que hace que los ciudadanos actúen cuando sienten que el gobierno ya no puede hacer nada. “Frente a fenómenos tan complicados el combate tiene que ser de todos”, consideró el juez Garzón.
NOTAS INDISCRETAS… Ya hay humo blanco en San Lázaro sobre las presidencias de la Mesa Directiva y de la Junta de Coordinación Política, y no prosperó la demanda del PRD de quedarse con las dos posiciones. El entendimiento, ya avalado por todas las fracciones, es que el PRD encabezará la Junta, y que la Mesa Directiva será rotatoria para los tres partidos, arrancando con un diputado de PRI o PAN. Cuando le toque al PRD presidir la mesa tendrá que dejar la Junta para no ocupar los dos órganos. Sólo falta que se defina el orden para la presidencia de la Mesa, y que el PRD defina internamente quién será el que encabece la Junta, pues aunque le corresponde al coordinador Armando Ríos Píter, habrá que ver qué dicen la bancada lopezobradorista liderada por Alejandro Encinas y la de Los Chuchos que encabeza Guadalupe Acosta… A propósito de diputados, con la renuncia de Josefina Vázquez Mota este jueves hay dos listos a sucederla en la bancada panista: el jalisciense Francisco Ramírez Acuña y el ex secretario del Trabajo Francisco Javier Salazar. ¿Quién cree que se la quede?, ¿un calderonista o un foxista?... “¿Su nombre?”, preguntó el del Estado Mayor a la visitante en Los Pinos. “Ivonne Ortega, gobernadora de Yucatán”. Tras checar la lista de invitados, el militar preguntó: “¿Y su acompañante?”. “No, vengo sola, soy divorciada”, dijo la gobernadora. “Ah, entonces permítame”, y tras tomar el teléfono y consultar, el soldado le dijo: “Disculpe, pero sin acompañante no pasa”. La señora, molesta, se dio la vuelta y se fue, tomó su camioneta y enfiló a Toluca para regresar a Mérida. Ya en el camino, una llamada a su celular: era el secretario de Gobernación, Francisco Blake, disculpándose y pidiéndole que regresara a la fiesta de cumpleaños del presidente Calderón. “No, gracias”, dijo la gobernadora. A los 10 minutos otra llamada; el secretario particular del presidente, Roberto Gil, insistía en la disculpa. “No”. A los 10 minutos otra vez el teléfono: era Enrique Peña Nieto: “Sé que estás molesta y si no quieres regresar lo entiendo, pero me pidió personalmente el Presidente que vinieras”. En media hora la gobernadora estaba de regreso y ésta vez si la dejaron entrar a la comida de aquel sábado 20 de agosto. Y sin acompañante… Escalera doble de los dados. Buen inicio de semana.
MOel casi
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