martes, 30 de agosto de 2011

Astillero-- Minimato patriótico-- El manejable Cordero-- La estela de Lujambio-- Josefina, opción tolerada-- Creel y los casinos


Julio Hernández López

Foro en San Lázaro. Efusivo saludo del rector de la UNAM, José Narro, y el magistrado Baltasar Garzón, durante la inaguración del foro Legalidad Democrática, Ética, Derechos Humanos y Seguridad, en la Cámara de DiputadosFoto Cristina Rodríguez

Felipe Calderón pretende instaurar un minimato con Ernesto Cordero como pieza indudablemente manejable que permita dar continuidad al proyecto patriótico en curso. Por ello ha impulsado el presunto crecimiento de figuras como Javier Lozano Alarcón y Alonso Lujambio, carentes de base social y sabidamente inviables (al igual que el propio delfín-borrego de apellido Cordero), cuyas declinaciones convenidas se convierten en pasivos para el actual secretario de Hacienda, de por sí lleno de lastre.

El secretario del Trabajo, Lozano, por ejemplo, cedió su presunta precandidatura a cambio de cuando menos una candidatura a senador por Puebla o algún otro cargo en el hipotético gabinete de Cordero-Calderón en 2012. Y el titular de Educación Pública, Lujambio, contempla la posibilidad de ser candidato al gobierno de la capital del país o de ir también al Senado. Lo que se busca, conforme al diseño felipista de cacicazgo transexenal, es que quien sea el candidato lo sea con tales candados y compromisos que el grupo central, el circulito íntimo, siga mandando con sentido integral más allá de las elecciones del año entrante, con Felipe como comandante en jefe.

Como parte de ese juego de presiones y condicionamientos de parte del dedo elector (Felipe W. Calderón) hacia su apocado beneficiario (Neto Corderón), aparece la opción tolerada de presunta competencia interna en la persona de la jabonosa Josefina Vázquez Mota, que ha resistido desdenes, maltrato y fuego interno de los conjurados intimistas, pero que a fin de cuentas ha logrado ser vista con circunstancial condescendencia por el Jefe Mínimo como una especie de Plan B, que pudiera ser utilizado en caso extremo por el michoacano y, también, como fórmula de convalidación de la anunciada victoria del Cordero tripulable. Así pues, el empujón de ayer a Lujambio para que saliera de escena (irónicamente, enviado a la sombra por los excesos de una estela de luz, asunto manejado y promovido desde las mismas alturas pinoleras para forzar el desenlace de ayer con sabor amargo para el panista del gel) concentra reflectores oficiales en el delfín Cordero, pero también ayudará a cerrar la batalla de blanco y azul en dos fichas autorizadas por la casa de apuestas arregladas Los Pinos.

Cordero y Vázquez Mota como contendientes con sello oficial, mientras se encuentra la manera directa de vincular a Santiago Creel con los expedientes de los casinos satanizados no solamente por lo sucedido en Monterrey en uno de ellos, sino también porque forman parte de las culpas restregables en la cara de quien fue secretario de Gobernación en el primer episodio de la tragicomedia gubernamental panista, aquella que presuntamente tiraba solamente a risa, con el siempre hilarante Vicente Fox al frente, el mismo personaje bloquiflojo que ahora ha entrado en abierta confrontación con aquel a quien como candidato menospreciaba y como ocupante de Los Pinos ha criticado abiertamente. Fox, el verdadero jefe de Creel, ha confirmado su sabida ignorancia e imprudencia al proponer amnistías y treguas (¿como los Tratados de Puente Grande, firmados con El Chapo?) no tanto por ánimos justicieros o preocupación patria, sino por discordancia extrema con su sucesor, que lo está dejando fuera de la jugada de la supuesta sucesión.

Creel, habrá de recordarse, entregó permisos para el funcionamiento de centros de juegos y apuestas cuando él era el favorito de Los Pinos, no sólo a grupos políticos y económicos de mediano alcance, sino también a la todopoderosa Televisa, que ahora se escandaliza de lo que acontece en el mismo ambiente viscoso del que forma parte mediante firmas alternas que ejercen similares formas de explotación lúdica. Ya con el caso Hank Rhon y el Grupo Caliente tuvo el primer aviso, y con lo del casino Royale ha llegado el segundo: Creel debe decidir si sigue adelante, como hombrecito, o se suma a la lista de las declinaciones forzadas.

De Emilio González Márquez hay poco que decir: él solamente está jugando a ganar algún premio de compensación y, pasados los Juegos Panamericanos en Guadalajara, decidirá si continúa apostando en el Casino Los Pinos, tratando de ganar más, o se conforma con lo que para entonces lleve. El gobernador de Jalisco representa al grupo de presión conocido como El Yunque, que ha tenido distanciamientos con Calderón. En cuanto haya acuerdos en las alturas, Emilio saldrá de la competencia con el mismo desparpajo con el que de manera inviable entró.

Astillas

El sicoanalista José Antonio Lara Peinado escribió: “La compulsión macabra de la televisión quedó demostrada ayer en el programa de Loret de Mola, donde desde temprana hora desfilaron por su micrófono políticos, intelectuales, artistas y comediantes. La televisión que durante décadas se ha dedicado a mostrar asesinatos, caricaturas agresivas, programas donde se mofan de las mujeres y los ancianos, telenovelas que durante años han contribuido a la enajenación y el atraso cultural, programas donde el morbo es el principal invitado, niños prostituidos en programas triple A, etcétera, ahora hace un programa donde habla de lo acontecido en Monterrey como si esa misma televisión no fuera parte del problema; precisamente eso es lo que la hace patológica, perversa y cínica (...) Zetas, Familia Michoacana, Chapos, Mano sin ojos, y demás bandas criminales han encontrado en la televisión una inmejorable escuela para nutrir su mente enferma y delincuencial, es la televisión una de las madres que los parió, por eso es enfermo que ahora esa misma televisión que les ha dado herramientas para ejercer su horror se escandalice del hijo que tiene”... Y, mientras Fernando Vallejo ha sido declarado ganador del premio FIL de Literatura 2011, ¡hasta mañana, con Greg ya de regreso a su tierra, libre, sin cargos, pasada la elección gubernamental de Quintana Roo (zona estratégica para asuntos de narcotráfico), de la que lo excluyeron mediante el uso de lo judicial para vetos políticos!

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