Los Pinos se vanagloria de recibir en el extranjero los reconocimientos y aplausos que en su tierra le son mayoritariamente negados. Farol en ciertos ámbitos de la calle internacional derechizada y oscuridad terrible de su casa ensangrentada, el gobierno de blanco y azul infla el pecho y compone aires de heroicidad mal pagada cuando en sus viajes al exterior le regalan loas que suenan a insulto en México. El turno de esas felicitaciones distantes tocó ayer al Consejo de las Américas, que en pomposa cena neoyorquina entregó una Insignia de Oro a Felipe Calderón como presunto testimonio de las buenas cosas que habría hecho como ocupante de la silla presidencial mexicana. Tiempos hubo en que se habló de México como fuente de oro verde o negro. Ahora se podrá hablar de oro rojo.
Ah, por cierto, el alegre Calderón aprovechará el viaje para presentar su más reciente aventura, The royal tour, un programa de turismo cuyos 57 minutos serán difundidos a partir de este jueves en un canal de televisión pública de Estados Unidos (con reproducciones en todo el mundo) y para el cual el licenciado Felipe se prestó a fungir como amable guía turístico y aspirante a osado héroe de deportes extremos. Lo bueno es que, asegura FC, en el mundo lo que hay son clichés sobre presunta violencia en nuestro país que, sugiere esta columna astillada, tal vez sean simples formas novedosas de atraer turismo a este México del Oro Rojo.
Otro simulacro de inocencia está siendo puesto en entredicho en una corte federal de Connecticut, donde un despacho de abogados estadunidenses acusa al ex presidente Ernesto Zedillo y cuando menos a dos de sus ex colaboradores, el entonces procurador federal de justicia, Jorge Madrazo, y el muy poderoso secretario particular, Liébano Sáenz, de conspirar desde el gobierno para crear grupos paramilitares y armar a civiles con el propósito de enfrentar al movimiento zapatista, maniobras que habrían creado las condiciones para la masacre de indígenas en diciembre de 1997 en Acteal, Chiapas.
Hasta ahora, Zedillo ha transitado con aires displicentes por el mundo, convertido en exitoso académico, bien pagado conferencista y muy solicitado consultor de firmas trasnacionales. A México viene pocas veces y rehuye entrar en polémicas o riñas políticas, diametralmente alejado de las tempestades que provoca su antecesor, Carlos Salinas de Gortari, y bien visto por los personajes del ciclo panista que él ayudó a instalar en busca de pasar a la historia como el presidente de la transición democrática. Sin embargo, entre otros cadáveres en el clóset de la historia está el relacionado con Acteal, a cuya confrontación judicial está llamado en el vecino país.
Astillas
Hay una ofensiva beltronista (acompañada, obviamente, por Carlos Navarrete, del PRD) que busca empujar la idea de los gobiernos de coalición. En el fondo, es un atrincheramiento de las fuerzas o representaciones políticas que giran alrededor del senador sonorense para que, aun cuando Enrique Peña Nieto sea el candidato presidencial priísta (como todo hace suponer), éste, en caso de ganar las elecciones, necesite de esas fuerzas menores para tener gobernabilidad. Previendo elecciones reñidas y conformaciones camarales sin mayorías suficientes para el partido ganador (sea el PRI u otro), Beltrones se ha hecho de precoces coaligados en el PRD chuchista, el Verde Ecologista y, desde luego, en el tricolor. A la hora de los arreglos desesperados, esa aritmética menor acabaría decidiendo la suerte de las formaciones numéricamente mayores pero incapaces de avanzar por sí solas... Por cierto, el jefe de seguridad de la FIFA ha dicho (j.mp/qiAi9x) que el crimen organizado compra clubes y arregla resultados de partidos, sobre todo en relación con centros de apuestas. El tema debería preocupar en México por la relación del Gupo Caliente, de Jorge Hank, con los Xolos de Tijuana, y de Televisa y sus juegos y sorteos electrónicos, como Play City, con el América y otros equipos de futbol profesional... El comandante de la segunda Región Militar, general Alfonso Duarte Mújica, acusó en Mexicali al secretario del gobierno estatal panista, Cuauhtémoc Cardona Benavides, de borracho, grosero e irrespetuoso, y advirtió que no lo quiere ver en ninguna otra cantina; siempre lo ven borracho y hasta el gorro, por lo cual, si lo vuelven a ver borracho, lo van a poner bajo arresto. Los señalamientos fueron hechos ante el fantasmal gobernador del estado, José Guadalupe Osuna Millán, y se transmitieron en el canal gubernamental de televisión durante la noche del pasado 15. Conocido el incidente, los civiles eludieron la confrontación política y atribuyeron la molestia a que el secretario Cardona habría sido impuntual a la hora de llegar a un acto organizado por el general Duarte. El débil gobernador Osuna justificó al general señalando que el secretario Cardona había cometido una descortesía al arribar con retraso a la reunión castrense. Y el propio acusado hizo esfuerzos dignos de medalla olímpica para defenderse un poquito sin molestar más al jefe (militar): “Sí, la verdad es que… pues me acusa de más cosas, ¿no? Pero, este… no creo que sea conveniente ni… ni responder nada de eso ni… ni creo que la cordialidad que debe de imperar finalmente este… debemos de tener mucho cuidado ¿no?…” Eso sí, el secretario Cardona anunció que “seguramente vamos a hacer los mejores oficios como gobierno del estado para efectos de que el general, este… baje su intensidad en la molestia y en el enfado, y que esto vuelva más a la cordialidad y al trabajo conjunto”. En bit.ly/oldMnw y bit.ly/oXt7hB pueden encontrarse notas y videos sobre el asunto... Y, mientras maestros en Guerrero mueren y crece el temor a asesinatos por extorsiones de narcos; Javier Sicilia regresa al DF luego de una gira por el sur, que mostró el agotamiento de ese movimiento y la irritabilidad de su dirigente (sobre todo con reporteros), y el valiente Cordero dice a sus contrincantes partidistas que, como quieran, él quiere, ¡hasta mañana!
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