Supongamos que la maravillosa propuesta de Guadalupe Acosta Naranjo, nada nueva por cierto, prospere y se reforme la Constitución para convalidar los gobiernos de coalición. ¿Quiénes serían los beneficiados?
Yo se lo digo, todos los que necesitan con URGENCIA excluir a la izquierda lopezobradorista para garantizar que nada cambie realmente y se sigan repartiendo, arriba, los pedazos que quedan de país.
En este escenario, los que trabajan en las filas de la izquierda para que López Obrador no aparezca en las boletas electorales sólo conseguirán cargos menores y prebendas pero a un altísimo costo. Sí, el precio es muy alto porque si prospera la coalición de los que no han hecho ABSOLUTAMENTE NADA para combatir las CAUSAS que han generado el deterioro económico, social, político y de seguridad, las cosas no sólo seguirán igual sino que empeorarán en perjuicio no de los que siempre han sufrido las consecuencias de los malos gobiernos, sino de los que creen que la impunidad puede salvarlos del naufragio.
Por otro lado, supongamos que la gente que ha tomado conciencia en este país se asuma como protagonista del cambio y evite la próxima imposición venida desde Washington, para hacer de México una colonia norteamericana.
En realidad estos son los dos escenarios posibles que tenemos de frente.
La unión del PRD “moderado” con el PAN para intentar detener el trágico regreso del PRI al poder, que consistiría en un buen reparto del botín para los vendidos y los que no quieren dejar el poder.
El otro esceneraio es que el pueblo organizado se niegue a la continuidad del desastre y se imponga mediante la defensa del voto a favor del candidato que proponga el MORENA, con un Proyecto de Nación sólido, distinto y contrapuesto al que nos ha llevado a esta terrible crisis.
Definitivamente, estamos en manos de la ciudadanía.
Estoy del lado de las plazas llenas en apoyo a Andrés Manuel López Obrador, mi esperanza es grande, muy grande.
¿Qué más puedo decir?
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