Tratándose de la elección del personaje que decidirá el destino del país, y sobre todo en las circunstancias en las que se encuentra México, lo menos que podemos esperar es que los aspirantes a candidatos se destapen con un Proyecto en la mano.
Ya no es posible aceptar que los medios de comunicación manipulen a la gente y le hagan creer que el cascarón es más importante que el contenido.
La falta de información ha servido muy bien a la derecha para restarle importancia al CAMINO que debemos seguir si queremos detener el estado de cosas que mantienen al pueblo cada vez más pobre, a la nación desmantelada y a una minoría ridícula en la opulencia.
Las últimas semanas han sido definitivas para filtrar entre la gente la idea de que quienes luchan por un cambio viven fuera de la realidad porque mantienen el mismo discurso, cuando es todo lo contrario.
Los que viven fuera de la realidad son los que no se han tomado la molestia de analizar las causas del desastre, y tampoco se atreven a señalar a los culpables.
Nada es totalmente blanco ni totalmente negro, es cierto que el partido que mantuvo el poder 70 años logró avances en el crecimiento de México pero haciendo un balance honesto, fueron más los males que nos dejaron.
En primer lugar, la terrible desigualdad, en segundo, la corrupción y la impunidad como medios de enriquecimiento de políticos y funcionarios públicos, y en tercer lugar, la injusticia cometida siempre contra el más débil.
En estos momentos ya no podemos darnos el lujo de la IMPROVISACIÓN. Un Proyecto de Nación requiere del trabajo de muchos hombres y mujeres, profesionistas y especialistas en cada ramo del desarrollo de la nación. Un Proyecto de Nación requiere de tiempo para ser elaborado con precisión y organizar tiempos y recursos a las áreas que requieren atención URGENTE.
¿Cómo es posible que alguien que no supo o no quiso mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos a los que gobernó en una entidad federativa, vaya a lograrlo a nivel nacional?
No es en una pasarela artística donde tenemos que definir lo que necesitamos para superar los graves problemas que tenemos.
La definición debe estar en la elección del mejor Proyecto.
La improvisación nos ha dañado mucho, lo mismo que la ineptitud y la deshonestidad de los gobernantes que sólo se preocuparon por llegar al poder y una vez que lo consiguieron no supieron qué hacer con él en beneficio del pueblo y del país, se concretaron a seguir la ruta que el PRI instituyó: robar, enriquecerse y comprar su impunidad. Justo lo que nos siguen ofreciendo quienes aspiran al máximo cargo público sin Proyecto.
Si hubiésemos puesto un hasta aquí a la improvisación, éste país no estaría hoy en el lamentable estado en el que se encuentra.
Por eso, y más que nunca, necesitamos aclarar que el cascarón que nos presentaron ayer en cadena nacional es sólo eso, un cascarón sin huevo.
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