martes, 22 de noviembre de 2011

Marcelo Ebrard… rodeado de inconformes-- POLIMNIA ROMANA

Hace una semana Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard
anunciaron los resultados de las encuestas y por lo tanto quién sería
el candidato de la Coalición PRD-PT-MC a la Presidencia de la
República. En esa conferencia López Obrador tendió su mano y declaró
que en la República Amorosa hay cabida para todos. Sus seguidores
hicimos lo mismo.

Sinceramente no sé cuál sería mi postura si el Jefe de Gobierno fuera
el candidato. Aunque ya no tiene caso, intento imaginar la situación.

No creo haber sido capaz de apoyar su proyecto o su campaña
directamente, pero estoy segura de que no habría montado el teatro de
“estar de acuerdo con su candidatura” para después y por abajo del
agua, atacarlo.

Desafortunadamente hay personas que no piensan así y después de
aparentar que aceptaron los resultados de las encuestas siguen
haciendo guerra sucia en contra de Andrés Manuel, sus colaboradores y
simpatizantes.

Jesús Ortega fue el primero en escupir al cielo y descararse. Si los
resultados de las encuestas no favorecieron a su amigo, ¿por qué
ladrar tanto? Me preocupa que más que una imprudencia o error
político, Don Chucho esté aún tramando algo. Sus antecedentes no
pueden más que dejarme intranquila.

Otro tétrico personaje que seguramente no quedó contento con la
conferencia del pasado martes 15 de noviembre es Manuel Camacho.
Públicamente no se inconformó con el desenlace de los sondeos, sin
embargo su trabajo dentro del DIA no ayuda en nada al verdadero
proyecto de izquierda que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Por el
contrario, se ha dedicado a obstaculizarlo.

Manuel Camacho Solís no es un político fresco. Sus métodos son
aparentemente refinados pero en el fondo son burdos. Nunca ha podido
ejercer el poder en su totalidad, no ha sido capaz de llegar por más
que se ha esforzado y eso lo ha convertido en una figura cada vez más
gris. Camacho no supo asesorar bien a Marcelo Ebrard. En lugar ayudar
a su pupilo, lo desinfló, y temo que eso no quiere decir que dejará de
pelear por el lugar que siempre ha soñado.

Las cosas se pondrán cada vez más difíciles. Tenemos enemigos en todos
los frentes. En estos tiempos, la confianza es un error mortal y yo no
estoy dispuesta a pecar de crédula.

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