miércoles, 24 de abril de 2013


Comparecencia tormentosa

Legisladores del PRI defienden, incluso a gritos, a la titular de Sedeso
Renuncie, demandan senadores a Robles; ‘‘no he hecho nada indebido’’, les responde
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de abril de 2013, p. 9
Durante las más de cuatro horas en que compareció ante comisiones del Senado, la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, recibió duras críticas de senadores de PAN, PRD y PT, quienes la responsabilizaron de avalar el carácter ‘‘clientelar y electorero’’ de la Cruzada Nacional contra el Hambre y le demandaron separarse del cargo, pero la ex dirigente nacional del PRD y hoy funcionaria del gobierno de Enrique Peña Nieto advirtió que no tiene por qué renunciar.
‘‘No he hecho nada indebido. No estoy en esos videos ni en esos audios, ni estoy involucrada en lo absoluto’’, respondió en alusión a las grabaciones divulgadas por el PAN sobre el uso de los programas de Sedeso que habrían hecho funcionarios del gobierno de Veracruz para respaldar a candidatos del PRI. ‘‘No tengo por qué renunciar’’, insistió la funcionaria.
Robles sostuvo que el municipio de Boca del Río, en Veracruz, ni siquiera está incluido en la cruzada y recalcó que pedirle a ella que deje el cargo es como si se hubiera pedido renunciar a Juan Molinar Horcasitas por el incendio en la guardería ABC.
Sin embargo, la exigencia de que renuncie se repitió a lo largo de la accidentada comparecencia. Al final, la panista Adriana Dávila le dijo a Robles que no les convenció ‘‘su demagogia’’ y le aseguró que el Partido Acción Nacional la desconoce como interlocutora del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los cuestionamientos fueron muy fuertes, pero Robles Berlanga pudo evadir buena parte de ellos, ya que contó con el respaldo de quienes antes fueron sus adversarios políticos: los senadores del PRI y el Verde, que son mayoría en las tres comisiones que la citaron y que ayer la defendieron abiertamente, le hicieron preguntas a modo e incluso a gritos callaron a los opositores y armaron al final un alboroto para que concluyera la comparecencia.
Fue el caso de la presidenta de la Comisión de Gobernación, la priísta Cristina Díaz, quien al inicio impidió que la senadora Dávila concluyera su intervención cuando fijaba la postura de Acción Nacional. Le hizo notar que ya se había pasado un minuto del tiempo establecido. ‘‘Permítame terminar’’, le pidió Dávila, y trató de seguir, pero la ex secretaria general del tricolor comenzó a alzar la voz: ‘‘¡Concluya. Lleva ya seis minutos, concluya!’’, para terminar a gritos: ‘‘¡Tiene usted que respetar los tiempos, como todos lo hicieron!’’
Los priístas maniobraron en todo momento y lograron al final que en la última de las tres rondas no participaran los 25 senadores que se habían inscrito, sino exclusivamente dos por cada partido. Los del tricolor reprocharon ‘‘las descalificaciones’’ a Robles y acusaron a los blanquiazules de haber utilizado también en el pasado sexenio los programas sociales.
Desde su primera intervención, Robles repitió que su compromiso absoluto ‘‘es que los programas sociales no se manejen con un carácter electoral’’. Insistió en que ha actuado de manera inmediata al remover a los funcionarios involucrados en los hechos de Veracruz y que ‘‘no le va a temblar la mano’’ cuando haya irregularidades. Sin embargo, la oposición lo puso en duda y le recalcaron que la cruzada contra el hambre no incluye a los municipios con más pobreza o carencias alimentarias, sino aquellos donde hay más electores. ‘‘No quieren combatir el hambre, sino ganar en 2013’’, recalcó la panista Dávila, antes de que la callara Cristina Díaz.
Robles, quien no concluyó su gestión como presidenta del PRD y salió entre acusaciones de endeudar al partido, luego de los videoescándalos y el caso Ahumada, ayer presumió de honorabilidad y de estar por encima de filiaciones partidistas.
El senador perredista Alejandro Encinas aludió al pasado de Robles en la izquierda. ‘‘Hace mucho tiempo que no nos veíamos, han cambiado mucho las cosas; ayer compañeros, hoy en trincheras distintas, como adversarios’’, le dijo, pero le hizo notar también que él, como en los viejos tiempos, volvía a condenar el desvío de recursos públicos a favor de un partido: el PRI.
Fue el perredista Manuel Camacho Solís quien dijo a Robles que tendría que renunciar o por lo menos poner su renuncia sobre la mesa para que el presidente Peña Nieto rectifique, ya que el apoyo que le dio con la frase ‘‘no te preocupes, Rosario’’, significa que se puso del lado de quienes cometen delitos electorales.
Robles legitimó que haya operadores políticos del PRI entre los delegados de Sedeso. Dijo también que todos los de la pasada administración panista –que en diciembre le presentaron su renuncia– eran cuadros políticos del blanquiazul y nadie tiene derecho a desacreditarlos por ello, ya que lo que habla es su labor.
El presidente de la Comisión de Justicia, Roberto Gil Zuarth, recalcó a Robles que ella y los demás funcionarios de Sedeso han puesto al Presidente en un predicamento, ya que tuvo que elegir entre sostener el pacto o mantener la ilegalidad de funcionarios públicos. ‘‘Debe sentirse muy orgullosa; el Presidente la escogió a usted a costa del Pacto por México’’.
La comparecencia terminó abruptamente cuando la presidenta de la Comisión de Desarrollo Social, la perredista Lorena Cuéllar, pretendió leer un punto de acuerdo para que el Senado forme una comisión que investigue la gestión de Robles. Los priístas no lo permitieron. Incluso la senadora deltricolor Diva Gastélum le ofreció disculpas ‘‘por la forma atropellada como la han tratado aquí’’.

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