Carcajadas, ¿una probadita de “pueblo” contra Carlos Slim?
Independientemente de si se trató de una protesta orquestada por un adversario económico-político (en México y de acuerdo a noticias Bloomberg, compañía propiedad del alcalde de Nueva York, se ha dicho que habría sido una acción ideada y patrocinada por Ricardo Salinas, el capo de tv-azteca; con 50-100 dólares por cabeza, en “La Gran Manzana” todo es posible), o de un evento ensayado pero legítimo proveniente de grupos inconformes y molestos con las prácticas monopólicas, antisociales y aun inhumanas del empresario a nivel internacional pero particularmente en México, Carlos Slim se ha llevado una muy mala tarde el pasado 9 de mayo dentro de su participación en el programa “Live from the New York Public Library” -que invita a personalidades importantes y ofrece temas atractivos diversos-, una bofetada mediática, una carcajada del “pueblo” encabronado.
Esto, al tiempo que Bloomberg anunciaba también que Slim perdía o estaba en riesgo de perder, el pobre, la posición número uno como hombre más rico del mundo, cénit recuperado por Bill Gates.
El mismo día, más temprano, al menos tres organizaciones identificables protestaron en la banqueta de la Quinta Avenida frente a la tienda Saks & Company, de la cual es propietario en un 16%. Los manifestantes argumentan que no están en contra de Slim porque sea rico, sino por hipócrita, por sus actos como empresario monopólico y prácticas mezquinas.
Pocos días antes se había dado a conocer que en Perú también habían protestado ante su llegada. Y lo más probable es que si continúa su presencia pública, obtenga algo más que rechiflas y carcajadas. Slim debiera pensar con tranquilidad si se exhibe pronto de nuevo o no. Al menos que le valga madres y lo haga de todas maneras.
Por otro lado, no se trata de estar a favor o en contra de estas manifestaciones, sobre todo si son espontáneas. Lo cierto es que ser el hombre más rico del mundo (o el segundo), con base en el monopolio y los privilegios pasados y presentes, algún precio, alguna consecuencia, ha de tener. ¿No?
“Live”, el programa donde Slim fue víctima del público, dice de sí que “is cognitive theater with a mission to provoke, engage, enlighten, instigate, and agitate the mind. LIVE is: provocative conversations, real debates, irresistible performances, original ideas”.
Bueno, todo esto es lo que consiguieron, quienes hayan sido, a carcajadas. Trastocaron el bonachón rostro de oso de Carlos y lo exhibieron. Y Slim, con todo el dinero del mundo, no ha podido evitarlo. C’est la vie.
P.D. Lo que siguió al acontecimiento en NYPL fue seguramente una estupenda cena en un elegante restaurante neoyorquino o en el bello palacete de Slim en la misma Quinta Avenida, vecino al Museo Metropolitano de Arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario