Después del golpe financiero a los restauranteros del D.F., ya salió el Secretario de ¡Salud! a decir que no es para tanto. Si sólo son 7 muertitos por la mentada influenza. Lo que pasa es que hay que aplicar medidas preventivas que espanten, pero no a los negocios jugosos sino a lo ciudadanos revoltosos.
Marcelo Ebrad ha tomado la delantera en esto de la prevención, así que a él no le tienen que reclamar la medida maquiavélica impuesta desde Los Pinos con el apoyo de organismos internacionales, que seguramente tienen calculado todo…todo el beneficio que les acarreará ver al pelele dispuesto a poner una venta de Garage en la puerta de atrás, sí, por la que se coló con ayuda del PRI para disque “gobernar”.
Por el tema de la Influenza yo me siento tranquila al igual que la mayoría de mis amigos, conocidos y familiares. Finalmente esto va a pasar en algún momento, esperemos que no tarde demasiado porque la gente más afectada y vulnerable: niños sin guarderías y sin escuela, jóvenes sin asistir a clases, bueno, los afortunados que tienen un espacio dónde estudiar porque estos podridos gobiernos no han pensado jamás a futuro; los pobladores del campo donde ni clínicas de salud existen y los pequeños y medianos empresarios que viven al día y que tienen que compartir las pocas ganancias con el otro bueno para nada de Carstens, ellos son los que van a terminar pagando los platos rotos. ¿A caso nos han preocupado como sociedad, solapadora de funcionarios corruptos, los miles de niños que mueren cada año por enfermedades curables? ¡Claro que no!, esos no son epidemias que nos puedan contagiar, y sin embargo, esas muertes duelen tanto… son tan graves, hablan de nuestro egoísmo, de la pérdida de los valores humanos universales. Esas muertes de las que somos cómplices seguirán porque nuestra preocupación es salvarnos a nosotros mismos sin entender que con ellos también nos morimos un poco.
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