Por Federico Arreola
23 de Junio, 2009 - 00:37
Este martes 23 de junio de 2009, Andrés Manuel López Obrador -solo, sin haber convocado a un mitin de protesta- se presentó en las instalaciones de Televisa donde entregó una carta dirigida a "Emilio Azcárraga, Roberto Hernández, Pedro Aspe Armella, Claudio X. González, Germán Larrea, José Antonio Fernández, Alberto Bailleres González, entre otros, integrantes del Consejo de Administración de Televisa".
Andrés Manuel redactó esa carta "para expresar mi enérgica protesta ante la actitud parcial y tendenciosa que mantiene Televisa en asuntos de interés público y, en particular, en lo que respecta al movimiento que encabezo".
López Obrador se dirigió a los mencionados empresarios "por ser dueños de Televisa y porque forman parte de la elite del poder en México".
AMLO admitió "que es legítimo su desacuerdo con mi convicción acerca de que la tragedia nacional es culpa del grupo que ha venido acumulando inmensas riquezas al amparo del poder público y a costa del sufrimiento de la mayoría de los mexicanos".
Hasta ahí, ningún problema.
El problema surge, recordó López Obrador en su carta, por la actitud informativa de Televisa: "inmoral y contraria a la libertad y a la democracia".
Porque Televisa, como expresó Andrés Manuel, "ha hecho a un lado la objetividad y el profesionalismo. Ustedes deciden de acuerdo a sus intereses qué informan y qué no informan, a quién promueven y a quién destruyen. En lo que a nosotros corresponde, Televisa se ha dedicado a atacarnos de manera vil. Tal como sucedió recientemente en el caso de Iztapalapa, que manipularon imágenes para mostrarnos como ‘intolerantes y autoritarios', sin darnos la oportunidad de explicar nuestras razones y sin abordar el fondo del asunto: la anulación de la candidatura de Clara Brugada a Jefa Delegacional por consigna del poder oligárquico, con la intención de cancelar el derecho del pueblo a elegir libremente a sus autoridades".
El presidente legítimo de México dejó su carta en Televisa Chapultepec para invitar a sus consejeros y propietarios "a reflexionar sobre la forma en que Televisa maneja la información, porque es inmoral lo que están haciendo. También les expreso que aunque insistan en destruirnos políticamente, habremos millones de mexicanos dispuestos a hacer valer nuestros derechos ciudadanos y a continuar nuestro movimiento por la vía pacífica y electoral para la transformación del país".
Lo cierto es que ya resulta absolutamente inaceptable lo que Televisa, lo mismo que otros medios de comunicación, hacen para tratar de manipular a la gente, sobre todo en lo relacionado con el movimiento de resistencia de Andrés Manuel López Obrador.
De eso hablé el pasdo lunes en la noche, en el programa de Salvador Camarena en W Radio, donde debatí con Leo Zuckermann, columnista del diario Excélsior.
Discutimos sobre Andrés Manuel López Obrador, la crisis política en Iztapalapa y la relación existente entre los medios de comunicación y el presidente legítimo de México.
El formato de ese diálogo resultó muy ágil y el tono en el que se desarrolló me pareció absolutamente respetuoso.
Una de las preguntas del señor Camerana era la de si AMLO tenía la consigna de atacar a los medios de comunicación.
Respondí que no, desde luego. Dije que, más bien, los que atacan a Andrés Manuel por consigna son muchos comentaristas y columnistas, y que López Obrador, en defensa propia desde luego, simplemente les responde diciéndoles algunas verdades.
El debate fue rapidísimo y no tuve tiempo de decir que, entre las verdades dichas por AMLO a algunos periodistas, está la de que son achichincles de la mafia política, lo que particularmente aplica a aquellos que trabajan en Televisa-televisión, por así decirlo. Porque los de Televisa-radio (esto es, W Radio) suelen actuar con mayor libertad que sus colegas de la pantalla chica.
De hecho, Televisa es parte fundamental de la mafia política. Lo prueban los siguientes hechos.
Emilio Azcárraga Jean, presidente de la televisora, apoya a Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México.
¿Qué significa "lo apoya"? Que Emilio quiere hacer a Enrique presidente de la República Mexicana.
El enlace entre ambos es Carlos Salinas de Gortari, padrino político de Peña Nieto.
Salinas de Gortari, por cierto, tiene como su principal aliado en Televisa a uno de los dos vicepresidentes ejecutivos de esta compañía, Bernardo Gómez Martínez, quien a su vez controla a José Antonio Bastón Patiño, presidente de Televisión y Contenidos de la compañía.
Salinas cuenta, además, con posiciones de importancia en el consejo de administración de Televisa.
Ahí colocó Salinas a su ex secretario de Hacienda, Pedro Aspe Armella -neo empresario aeronáutico-, y a su representante de toda la vida en el sector empresarial, Claudio X. González Laporte, presidente de Kimberly-Clark de México.
A través de Aspe Armella, Carlos Salinas domina al segundo vicepresidente ejecutivo de Televisa, Alfonso de Angoitia Noriega, lo mismo que a otros de los consejeros de la principal televisora de América Latina, a saber: Alberto Bailleres González, presidente del Palacio de Hierro y de muchas otras grandes empresas; Fernando Senderos Mestre, presidente de Desc, y Roberto Hernández, presidente de Banamex, que cuando vendió sus acciones de esta institución bancaria a Citigroup no pagó ni un solo peso de impuestos.
Desde luego, en el consejo de administración de Televisa no podía faltar uno de los intelectuales favoritos de Carlos Salinas de Gortari, el "historiador" Enrique Krauze Kleinbort, especialista en calumniar a Andrés Manuel López Obrador.
O sea, si AMLO llama achichincles de la mafia política a algunos empleados de Televisa, como Joaquín López-Dóriga, o a colaboradores menores de este televisora, como Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva, pues no exagera en lo más mínimo.
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