LA REDACCIóN
MÉXICO, DF, 24 de junio (apro).- El consorcio Televisa arremetió contra la revista Proceso, el reportero Jenaro Villamil y la periodista Carmen Aristegui, al acusarlos de calumnia por publicar y comentar el libro Peña Nieto: si yo fuera presidente, del que el semanario difundió un capítulo en la edición que está en circulación (1703)-
En un amplio desplegado publicado en la prensa nacional, Televisa acusa al reportero Jenaro Villamil de actuar "por consigna" para afectar a la empresa televisiva.
Además, denuncia que Aristegui --quien comentó el libro editado por Random House Mondadori en su noticiero matutino de MVS Noticias-- miente sobre su salida de W Radio, y alega que la separación de la periodista únicamente obedeció a que su programa "no era rentable ni plural".
Televisa incluso intenta refutar el adelanto del libro publicado en el número de Proceso que circula esta semana.
El consorcio también sale en defensa del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, y asegura que éste no ha desembolsado más de 800 millones de pesos en publicidad. También presume su cobertura noticiosa y descarta que oculte información que dañe la imagen del priista.
En ese tono, Televisa rechaza poseer una estructura paralela de empresas-espejo para ocultar información fiscal a sus socios.
E insiste en que la cobertura noticiosa de sus espacios no favorece a Peña Nieto, sino se basa en dar prioridad a la zona metropolitana, por el alto índice demográfico que presenta.
En respuesta, los periodistas Aristegui y Villamil dieron la bienvenida a la reacción de la empresa con motivo de la publicación del texto Peña Nieto: si yo fuera presidente.
Jenaro Villamil retó a Televisa a sostener un debate, documentos en mano, en el Senado de la República.
En entrevista radiofónica con Aristegui, en su segmento MVS Noticias, Villamil invitó al consorcio presidido por Emilio Azcárraga Jean a "abrir sus cuentas" y hacer públicos los contratos publicitarios firmados con cada uno de los gobernadores y aspirantes a la Presidencia de la República.
El reportero de Proceso refutó los seis señalamientos presentados por Televisa en el desplegado, entre los que se encuentra el rechazar que Peña Nieto haya desembolsado más de 746 millones a la empresa televisiva.
Con el contrato físico en mano, el periodista respondió que entre 2005 y 2006 el gobernador mexiquense pagó 746 millones de pesos a Televisa, 616 millones correspondientes a publicidad, y el resto por el concepto de asesoría para mejorar su desempeño en la pantalla chica.
"Si Televisa quiere que discutamos sobre los montos reales, no los maquillados, entonces que se abran todos los contratos que se han firmado con el gobierno de Enrique Peña Nieto", exhortó Villamil.
En su desplegado, Televisa también descarta injerencias de Carlos Salinas de Gortari en sus criterios editoriales y rechaza que el expresidente se haya reunido con el Consejo de Administración de la compañía.
El consorcio admite que la cita efectivamente sí ocurrió en Cozumel, Quintana Roo, pero asegura que sólo se trató de "una conferencia dirigida a sus directivos".
Villamil además pidió a Televisa aclarar cuál fue el objetivo del acercamiento entre Salinas y los directivos de la empresa, y aprovechó para recordar que, desde el 2005, el expresidente ha reaparecido en el "Canal de las estrellas", en actos como el funeral del padre de Peña Nieto o la campaña Celebremos México.
Aristegui acotó que Televisa es un "ente público que está obligado a dar respuesta a estos señalamientos".
Cuestionó omisiones informativas de la empresa, como haber guardado silencio en la entrevista que le concedió el expresidente Miguel de la Madrid, quien acusó a Carlos Salinas de robarse la mitad de la "partida secreta" y de proteger los vínculos criminales de sus hermanos Enrique y Raúl.
La comunicadora aclaró además que el espacio cedido a Villamil para presentar su libro no fue ningún "pago de cuentas" por una presunta "defensa" que el reportero hiciera de su salida de W Radio, cuyo responsable de la línea editorial es Grupo Prisa.
Aristegui comentó que luego de la desaparición al aire de su segmento en W, pasó "un largo año" sin tener un espacio radiofónico, aunque se mantuvo en televisión en el canal de CNN en Español.
La conductora comentó que la falta de acuerdos entre ella y la radiodifusora, que propició su salida, se debió en esencia a la cobertura que hacía de la llamada ley Televisa, y que afecta los intereses del grupo televisivo, y no a carencias de "trabajo en equipo" y "derecho a la información plural" como argumenta la empresa.
Sobre la "nota final" del desplegado, en el que se le acusa de hacer de "la diatriba a Televisa un modus operandi" y los señalamientos a su pasada relación laboral con W Radio, Aristegui comentó que eran argumentos de "mal gusto" e "irrelevantes" ante la discusión de fondo.
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