“El móvil más probable de esta agresión es de índole personal y no por sus actividades profesionales”, dijo ayer el vocero del gobierno federal en materia de seguridad, Alejandro Poiré sobre el asesinato de Carlos Santiago Orozco, periodista de El Diario de Ciudad Juárez, en cuyo atentado se lesionó a su compañero Carlos Manuel Sánchez Colunga. El cuerpo del joven reportero casi seguía calientito; la averiguación previa era, hasta ayer, apuntes. El periódico, que acusó ineptitud de las autoridades y pidió en público “una tregua” a los grupos criminales para no seguir sufriendo bajas, recibió un regaño: “No cabe en modo alguno que algún actor pueda pactar, promover una tregua o negociar con los criminales”. El botepronto del vocero recuerda otra declaración, ahora del Presidente, también sobre Juárez, y esta vez sobre el asesinato de casi 20 jóvenes. Primero de febrero, 2010: “Mi deber es iniciar esta rueda de prensa, primero deplorando y condenando de manera muy enérgica el cobarde asesinato de un grupo de jóvenes, 18 personas, la mayoría estudiantes y muchos de ellos menores de edad en Ciudad Juárez, que fueron cobardemente asesinados probablemente por otro grupo con quien sostenían, es una de las hipótesis que se investigan, ciertas rivalidades”. Felipe Calderón, usted recordará, tuvo que ir hasta la frontera norte a disculparse con los deudos. Escribiría la periodista Denise Maerker en aquellos días: “Para este gobierno, quien cae víctima no es inocente hasta que alguien, en general un familiar que se empeña y lucha años, logre demostrar lo contrario...”
Aunque usted no lo crea, por lo menos en el proyecto está que Cecilia Romero, ex comisionada de Migración, busque la presidencia nacional del PAN. El vicecoordinador panista en San Lázaro, Carlos Alberto Pérez Cuevas, lo confirmó ayer. Pero desde hace varios días que circula la especie. Circula que como no pudo sostenerse en el INM por la presión ejercida a partir del asesinato de 72 migrantes, se intenta darle un “premio de consolación”. De ser Romero, como se dice entre algunos cercanos, la “candidata de Dios” para ese puesto, será ella quien dirija los pasos del partido hacia la elección presidencial del 2012. Pues buena suerte.
En la lógica de Andrés Manuel López Obrador, votar por una alianza PRD-PAN en el Estado de México es apoyar al gobernador Enrique Peña Nieto, es decir, al PRI y al que eventualmente sea su candidato. Porque, dice, al final PAN y PRI son una misma cosa. Rebotes de la política: sus detractores dicen que si AMLO se empeña en rechazar las coaliciones del PRD, ayudará a Peña Nieto. No es un tema menor que los partidos analicen el rumbo de esta carambola de varias bandas, porque lo que suceda en Edomex marcará pauta en muchos estados.
Apunte final: Por eso no entienden nunca qué es una emergencia: ayer, cuando se realizó el simulacro de evacuación por alarma sísmica de la Cámara de Diputados, sólo salieron los empleados de dos de los nueve edificios. Los 500 protagonistas del pleno no estaban.
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