Dando una muestra de dignidad y respeto absoluto a la cultura, Héctor Vasconcelos rechazó formar parte del jurado del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2010, al que fue invitado por la Lic. María de Lourdes Tapia Clarín en nombre del gobierno espurio.
A través de una respetuosa carta publicada ayer en La Jornada, Héctor Vasconcelos explicó la razón por la cual no aceptó la invitación.Aquí la transcribo porque constituye un ejemplo de dignidad para los que se venden por un puñado de billetes.
"Rechazo la invitación para ser jurado del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2010, por considerar que el señor Felipe Calderón no me ha demostrado, en mi calidad de ciudadano mexicano, que ganó las elecciones presidenciales de 2006. Por el contrario, pienso, como millones de conciudadanos, que fue impuesto por los poderes fácticos y por la pareja presidencial de aquel momento. Su imposición fue legalizada por un Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que con esa acción traicionó su vocación histórica. Por lo anterior, no puedo, en congruencia con mis convicciones, participar -- así sea de manera tangencial -- en iniciativa o tarea alguna que emane de un gobierno cuya legitimidad no reconozco".
Respecto al clima en el que se entregarán los premios, el diplomático mexicano señaló que éste no puede ser peor, desde cualquier punto de vista. No sólo por la descomposición nacional, la violencia generalizada, la polarización política, la desigualdad cada vez más escandalosa y todo el escenario trágico que vivimos, sino porque no había visto en toda su vida un periodo en el que el proyecto cultural del gobierno fuera tan pobre.
La tarde y la noche de ayer constatamos las palabras de Héctor Vasconcelos al observar la pobreza cultural del espectáculo televisivo y carísimo con el que el gobierno usurpador intentó festejar el Bicentenario de la Independencia. Ningún mensaje valioso al lastimado pueblo de México en el revoltijo espectacular, que resultó una especie de Siempre en Domingo, concurso de Miss México o inauguración de algún campeonato deportivo. La Catedral sirviendo de pantalla a la derecha para bailar al son que le toque, y queriendo imitar una serpiente emplumada, proyectó imágenes de dragones chinos...
¡Qué proyección! A cambio del bochorno y el despilfarro del erario público, que podría servir para mitigar la pobreza de millones de mexicanos y cientos de miles de damnificados, desempleados y jóvenes sin futuro, el gobierno ofrece PAN y circo...
Entre más circo menos pan. Del lado de la luz no artificial y la esperanza, se escuchó el sobrio discurso del Presidente Legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, en la histórica Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, donde no ha sido posible olvidar la sangre derramada en la masacre de 1968, a la que el Presidente Legítimo se refirió con estas palabras: "Desde aquí, donde los estudiantes del 68 lucharon por la democracia y fueron sacrificados por el autoritarismo del PRI, les decimos a los que se sienten dueños de México, que no les será fácil consumar una nueva felonía.
"Millones de mexicanos no caeremos en el engaño de las campañas mediáticas, en ese truco perverso, y estamos dispuestos a seguir trabajando, desde abajo y con la gente, para emancipar al pueblo y lograr el renacimiento de México".
El ensordecedor grito de ¡Obrador, Obrador, Obrador! retumbó en los corazones de los que estuvimos presentes, pero también en los corazones de millones de mexicanos que a la distancia siguen en pie de lucha por un mejor futuro para TODOS
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