La guerra contra el narco ya cambió de nombre, ahora se llama estrategia por la seguridad nacional, pero con cualquier nombre que le pongan sigue siendo una aberración y una sumisión a los Estados Unidos. ¿Cómo es posible que los involucrados en la guerra no conozcan nada sobre la estrategia y ejecuten órdenes superiores sin razonar, sin darse cuenta que se trata de seres humanos tan jodidos como ellos? Quienes ordenan disparar a todo lo que se mueve sí tienen conocimiento de la estrategia y aunque saben que es terrible seguirán adelante.
De ninguna manera trato de justificarlos pero los soldados no se mandan solos, reciben órdenes y esto lo aprovechan quienes están al frente, empezando por Calderón.Lo que sí les explican muy bien a los soldados es que tienen permiso para matar, eso sí, porque si por lo menos uno de ellos hubiera sido castigado por cometer un crimen contra civiles inocentes, el resto de la tropa lo pensaría dos veces antes de apretar el gatillo. La verdadera estrategia de Calderón ha sido dar manga ancha a militares y paramilitares, a supuestos sicarios y a mercenarios para elevar la violencia y justificar la ingerencia de Estados Unidos en asuntos de Seguridad Nacional, como pago a su apoyo para usurpar el poder.
Eso, eso es terrorismo del bueno, aquí y en China. Hay una enorme diferencia entre una camioneta blindada, con vidrios polarizados y generalmente acompañada de otros vehículos, con un Malibu viejo y 7 personas a bordo, cuyas cabezas delatan que se trata de una familia. Ahora los militares alegan, y las autoridades avalan sin pruebas, que el Malibu no se detuvo en un reten...
El viejo truco de que no obedecieron a los soldados, para justificar la masacre. Así avanza la verdadera estrategia, que consiste en meterle miedo a la población para paralizarla y que mejor ni se asome por donde vea a un soldado. Lástima que se equivoquen tanto porque una cosa es el miedo y otra muy distinta la indignación del pueblo.
Estas medidas de seguridad dictadas desde Washington y asumidas por la bola de políticos corruptos que las obedecen, no van a prosperar en su intento de detener la movilización social. Por cierto, otro represor y obediente a la estrategia es el tal Peña Nieto, que se destapa cada que puede y organiza grandes producciones televisivas, con dinero del erario, para hacer olvidar a los mexicanos su responsabilidad en las muertes y violaciones a los derechos humanos cometidas en Atenco.
El dolor de cada herida es un motivo más para seguir luchando contra los opresores del pueblo, que son al mismo tiempo beneficiados por los grandes intereses económicos, incluidos los del narcotráfico. Si les rascáramos tantito, nos daríamos cuenta de que están forrados de dinero mal habido. TODO POR DINERO, dinero y más dinero.
Eso cuesta la vida de los mexicanos que están siendo acribillados por nuestras fuerzas de seguridad. Unas veces niños, otras estudiantes, ancianas, indígenas, defensores de la tierra o de derechos humanos; otras veces periodistas o luchadores sociales. La cosa es acabar con los que reclaman justicia o se dan cuenta de la verdadera estrategia de esta guerra, que no es precisamente contra el narco sino a favor de la desestabilización del país para que vengan a salvarnos los vecinos del norte. VAMOS a cambiar a México de manera pacífica.Vamos a transformar este país desde abajo, con el pueblo y para el pueblo.Vamos con López Obrador para el 2012.
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