El día de ayer, durante la movilización que realizaron integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas en las oficinas centrales de Luz y Fuerza del Centro, los trabajadores quemaron dos vehículos y se suscitó un enfrentamiento que dejó como resultado un fotógrafo golpeado, la versión publicada dice que 40 trabajadores del gremio fueron los que golpearon al fotógrafo.
Después, los electricistas realizaron un mitin en el Zócalo donde se reportó el lanzamiento de una bomba de gas lacrimógeno en la estación del metro.
Los integrantes del SME aseguraron que fueron elementos de la policía capitalina quienes la arrojaron, mientras la SSPDF afirma que fueron los electricistas.
Otro grupo de electricistas arribó a la Secretaría de Gobernación aproximadamente a las 10 am donde se reportó el lanzamiento de cuatro petardos sin que hayan ocasionado daños.
Si los medios de comunicación han lanzado todo tipo de ataques contra los trabajadores electricistas, por el sólo hecho de haber sido echados a la calle por un decreto anticonstitucional, después de estos incidentes tendrán material de sobra para subir de tono sus agresiones y descalificaciones.
Un fotógrafo atacado por 40 personas debe estar grave pero los medios no reportan aún su situación. Lo que no vamos a saber es si en realidad existió ese ataque tumultuario, porque los trabajadores no son los que intentan silenciar sus movilizaciones, al contrario, las hacen precisamente para que se conozca la situación en la que se encuentran y para crear conciencia sobre los abusos que desde el poder se cometen en contra del pueblo y de la clase trabajadora.
¿Qué ganarían los electricistas con agredir a la gente que los ha apoyado tanto?
Nada.
Y, ¿qué gana el gobierno atacando al pueblo que se rebela y denuncia?
No pongo en duda que las acciones y las protestas van subiendo de tono ante la burla del gobierno, que manipula las instituciones en beneficio de unos cuantos y abandona a su suerte a los trabajadores y a sus familias.
No hay que olvidar que está en el horno la “reforma” laboral del PRI, avalada por el PAN, cuyo objetivo es precisamente seguir acabando con los derechos de los trabajadores y beneficiando a empresarios y patrones.
Todos estamos HASTA LA MADRE, como dijo el poeta Sicilia tras el asesinato de su hijo.
El pueblo reclama justicia y en vez de recibirla está siendo agredido de muchas maneras, especialmente con la guerra al narco en la que se incluyen muertes y desapariciones que no son investigadas. En ese costal caben luchadores sociales, defensores de derechos humanos, defensores de la tierra, migrantes, jóvenes, niños, familias enteras, y padres y madres que reclaman a sus víctimas.
El calor de la violencia está calentando los ánimos. ¡Cuidado!
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