PORQUE SOMOS MEXICANOS.SI SEÑOR, CON COMPROMISO Y DIGNIDAD PARA CUMPLIR OBLIGACIONES Y EXIGIR DERECHOS COMO HOMBRES Y MUJERES LIBRES. (("No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos." Martin Luther King)) PASE USTED POR SU DERECHO A LA VERDAD!!!! BIENVENIDO!!!
domingo, 3 de abril de 2011
La resurrección de AMLO, el ocaso de Ebrard-- Federico Berrueto
La obsesión por la alianza ya tiene lista de derrotados: el Presidente, Marcelo, Los Chuchos, los “cívicos” antipriistas y Gustavo Madero. Todos subestimaron a López Obrador y a los suyos; la congruencia del tabasqueño la confundieron con necedad; la estrategia de marcar distancia con Los Chuchos, con soberbia. Por mérito, no por accidente, ganan Andrés Manuel y Peña Nieto.
Lecciones de política. Abril de 2011. Foto: Oswaldo Ramírez/Archivo
En poco más de una semana se aclaró la política nacional. La obsesión por la alianza en el Estado de México ya tiene lista de derrotados: el presidente Calderón, Marcelo Ebrard, Los Chuchos, el “mejor imposible” Gustavo Madero y los “cívicos” antipriistas. Cecilia Romero, como dijera Juan Molinar, no mintió, pero fue impropio e inoportuno hacer evidente el interés del Presidente en la alianza con el PRD. En este espacio desde hace tiempo se dijo: la asociación electoral entre el PAN y el PRD era diseño de Felipe Calderón con un objetivo preciso: derrotar a Peña Nieto en el Estado de México.
Ebrard fue víctima de la seducción calderonista al imaginarse candidato presidencial azul amarillo. Fue activo promotor de las alianzas y factor para la cooptación del ahora gobernador de Guerrero, el senador priista, padre de un diputado priista, ex gobernador priista, Ángel Heladio Aguirre. Los Chuchos en lo que saben hacer: arreglos con el poder en lo oscurito. Las expresiones de Madero ridículas y cursis. Todos subestimaron a López Obrador y a los suyos; la congruencia del tabasqueño la confundieron con necedad; el giro estratégico de marcar distancia con el colaboracionismo de Los Chuchos, con soberbia. Sobrada ingenuidad de los organizadores de la consulta, por su fijación contra el PRI ni cuenta se dieron de lo que ahora revelan las palabras de la señora Romero: involuntarios peones en la batalla de Calderón por acabar con Peña Nieto y, de paso, volver a López Obrador marginal en el PRD.
Lo peor del saldo es para Ebrard, no sólo pierde posición para alcanzar la candidatura presidencial de la izquierda, sino que será difícil que pueda influir en la de la jefatura de Gobierno del DF, la joya de la corona del PRD. No era poco lo que ya tenía: pacto con la dirigencia del PRD, el favor del presidente Calderón, el apoyo discreto del PAN, entendimiento con la élite nacional, acuerdo con lo más relevante de los medios y aliados en los estados ganados por la alianza, incluido Guerrero. López Obrador, con mucho menos, pero con la integridad de que carece Ebrard, se impuso. Más vale un puñado de leales, que un montón de incompetentes convenencieros, lección que han propinado Alejandro Encinas y Dolores Padierna.
Otro perdedor de la debacle de las alianzas es Felipe Calderón. El PRD lo dejó colgado de la brocha; el lazo hacia Encinas fracasó. No se requieren pruebas, es evidente la disposición de Calderón de obsequiarle la candidatura a gobernador; a eso obedeció la delación de la señora Cecilia Romero; el mensaje de los duros del PAN era para Calderón: con Encinas ni a la esquina. El Presidente debe andarse con tiento; el PAN empieza a cobrar vida e independencia. Gustavo Madero ha perdido autoridad y la segunda al cargo sabe las cartas que juega y con quiénes cuenta. El agravio de Calderón al PAN por tratar de imponerle candidato presidencial externo fue el principio de la ruptura, lo demás, consecuencia.
Mientras que los “cívicos” y panistas se deshacían en desproporcionados autoelogios por una consulta desairada y con dados cargados, Alejandro Encinas, acompañado de Ebrard, asestó el golpe fatal a la alianza, al tiempo que el PRI sorprendió con Eruviel Ávila, candidato que casi toda la comentocracia daba por desechado; igual sucedió en Nayarit, con Roberto Sandoval. Con esos movimientos el PRI de Moreira se encamina al triunfo en los tres comicios de gobernador de julio, mientras que la guerra por las candidaturas presidenciales se aclara: Peña Nieto seguro por el PRI, Creel o Vázquez Mota por el PAN y AMLO por el PRD. La inestabilidad e incertidumbre viene de Felipe Calderón, en su afán de excluir a Creel, golpear a Peña Nieto y cobrársela a López Obrador; mucha víscera y pocas nueces.
Manlio Beltrones, en escenarios controlados que son la negación de la base social del PRI, demanda oportunidad; las encuestas lo hunden: igual que Roberto Madrazo, conforme más le conocen más le rechazan; a manera de ganar terreno y fichas en un juego que perdió en julio de 2009, exige programa antes que candidato, pero eso atañe a su partido, no a precandidatos. Pretender es su derecho, no así, comprometer un triunfo y una mayoría que desde ahora están más que dibujados. Igual que Ebrard, está en una anticipada campaña que a ningún lado conduce. La suerte de ambos está cantada.
Lecciones de la política. Encinas y Eruviel les echaron a perder la fiesta. Los comicios en el Estado de México se encaminan a la normalidad, mientras que el PAN luce desahuciado por la incompetencia de su dirigencia y la obstinación del Presidente. Por mérito, no por accidente, ganan López Obrador y Peña Nieto; pierden, y mucho, Felipe Calderón y Marcelo Ebrard.
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