Arranca carcajadas, rechiflas y preguntas directas la conferencia que ofreció el gobernador del Banco de México durante la inauguración del Espacio 2011 de Televisa en Puebla
Martín Hernández Alcántara
La Jornada de Oriente
Periódico La Jornada
Martes 12 de abril de 2011, p. 41
Puebla, Pue., 11 de abril. Cientos de estudiantes de nivel superior se carcajearon cuando Agustín Carstens dijo que al tomar posesión como gobernador del Banco de México le aconsejaron poner cara de idiota si un periodista o alguien le preguntaba algo, por ser preferible a decir una idiotez; pero, en cambio, él ordenó a sus funcionarios que si les preguntan algo pongan cara de que saben de lo que hablan, porque lo deben saber.
A continuación –durante la conferencia que ofreció en la inauguración del Espacio 2011 de Televisa en la capital poblana– sus oyentes lo abuchearon por ensalzar la fortaleza de las instituciones nacionales frente a cualquier contingencia externa, como la discusión del presupuesto en Estados Unido, dada la gran ventaja de que en México no hay crisis.
Sin embargo, la rechifla de los concurrentes de más de 200 instituciones educativas no amilanó a Carstens. ¡Calma, calma!, instó a su público. Lo que digo no significa que no haya problemas ni retos, como el abatimiento de la pobreza y la creación de empleos y oportunidades para la juventud.
Con ello pareció retornar la calma; pero en la ronda de preguntas y respuestas Enrique Herrera, de la Universidad de Chiapas, le preguntó: ¿Usted ha convivido con gente pobre?, ¿cómo dice que no hay crisis cuando muchas familias no tienen qué comer?
El funcionario contestó: Sí he convivido con familias que no tienen para comer ni pueden resolver siquiera sus necesidades de un día. Y también: México no está en crisis porque ni el gobierno ni el sistema bancario están quebrados, pero eso no quiere decir que no haya problemas. El reto es la pobreza, que un sector de mexicanos no tiene acceso a las oportunidades, pero eso no se soluciona de modo mágico, pues a la política monetaria deben añadirse otros esquemas que generen más de un millón de empleos.
Enumeró que la depreciación del peso no impacta los precios como en crisis anteriores, y que se buscan crear a corto plazo de 600 mil a 700 mil empleos con un crecimiento anual de 4.5 por ciento del producto interno bruto y una inflación de hasta 4 por ciento, aunados a una elevación del crédito de 20 por ciento a tasas muy accesibles; sin problema de pagos externos y con el actual déficit de cuenta corriente, así como la sostenida acumulación de reservas internacionales.
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