El día de hoy fue difundida una de las encuestas que determinó al “mejor posicionado” para contender por la izquierda de este país de cara a las elecciones presidenciales de 2012.
La encuestadora Covarrubias y Asociados, llevó a cabo esta medición entre los días 6 y 11 de noviembre de 2011, donde se entrevistó cara a cara y por vivienda, a sólo una persona de 18 años o más. El universo del estudio fueron ciudadanos residentes en todo el país, de ambos sexos, que contaran con credencial de elector del municipio en el que residieran.
El tamaño total de la muestra fue de 6 mil casos, siendo diseñadas dos submuestras con 3 mil cada una.
Aun cuando el objetivo de la encuesta fue “evaluar el posicionamiento que tienen entre la ciudadanía, los dos aspirantes a la candidatura de los partidos de izquierda, para la Presidencia de la República”, se contrastó con los candidatos de “centro y derecha”: Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel.
O sea, por más brincos que de Ernesto Cordero, su figura gris (opinando de todos los temas), no es relevante para esta encuestadora, ni para nadie.
La encuesta posiciona, como muchos lo hemos percibido, que Andrés Manuel López Obrador ocupa el segundo lugar en preferencia electoral. Nada despreciable después de la campaña de desprestigio antes, durante y después de las elecciones de 2006, la mala leche de “articulistas” de opinión como Carlos Marín, las jugarretas de las tribus de “izquierda” como los Chuchos y recientemente la conformada por Camacho Solís y “el anti-Ulises”, Marcelo Ebrard.
En uno de los escenarios presentados por la encuestadora, se ubica a Peña Nieto con un 49%, López Obrador con 27%, seguido de 13% de “desencantados”, y finalmente Vázquez Mota con 11%.
El otro escenario, donde se colocaba a Marcelo Ebrard en lugar de Andrés Manuel, no solo alcanzaba un mediocre 18% de apoyo del electorado, sino que afectaba la posición de los otros tres actores electorales: Peña Nieto 53%, los “desencantados” 17% y Vazquez Mota subía un punto porcentual.
Recalco, Marcelo Ebrard, pese a la exhibición de su fastuosa vida privada en la escena pública, lo único que provocaría, según Covarrubias y Asociados, sería capitalizar ventajas para todos los demás.
Sin embargo, la pasión de los encuestados se desata en los resultados de “opinión generada por los personajes políticos”. Ante la pregunta “¿Cuál es su opinión hacia…?”:
Andrés Manuel López Obrador obtiene:
Muy Buena: 9
Buena: 45
Mala: 24
Muy Mala: 11
Ninguna: 7
O sea, surtidita la opinión. Con estos puntos porcentuales, AMLO se encuentra por debajo del mediatizado Peña por 6 puntos pero, al mismo tiempo, cercano al menos favorecido y hasta despreciado, Santiago Creel por 2 puntos.
Cabe señalar que esta encuesta fue realizada antes de que Andrés Manuel, le diera clases de citas al teacher López Dóriga y presentara, por el medio masivo por excelencia ante los televidentes cautivos y enajenados, la idea de la República Amorosa.
Más allá de que sea o no AMLOve puro, la entrevista debe leerse como un “hagamos las paces” no con Televisa, sino con los receptores del medio: ciudadanos y ciudadanas que hemos experimentado, en diferente medida, el miedo de este sexenio del terror que ha encabezado Felipe Calderón.
La encuesta es clara: México conoce a Andrés Manuel. El grado de conocimiento se distingue en la capacidad de acción, de decisión y fe (no en el sentido católico, sino de posibilidad creativa) de cada uno de los encuestados, así como también en las reminiscencias de la campaña del “peligro para México”. El México que ha querido abrir los ojos, ha descubierto quien resulto el más peligroso, el más sanguinario y en seis años ha tenido dos opciones: distraerse del miedo o encararlo.
Sin embargo, es hora de retomar los caminos coincidentes entre los “distraídos”, pero convencidos de no vivir más bajo el terror de perder a un ser querido.
La campaña de López Obrador debe considerar desde su inicio que también existen otras movilizaciones, principalmente de desencantados de las estructuras partidistas, llámese Movimiento por la Paz, el Municipio de Cheran ‘Keri o los indignados de todo el país.
Enfrentar la polémica, reconocer las pasiones no para capitalizar un voto, sino para vincular y hacer comunidad.
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