sábado, 19 de noviembre de 2011

Mucho ruido y pocas nueces, mucha promoción y pocas ofertas, el fraude del ‘Buen Fin’ BERTHA ALICIA ESPARZA REYES

He de confesar que tengo un gran defecto: soy compradora compulsiva pero a fuerza de golpes severos a mi economía he tenido que madurar y adquirir solamente aquello que necesito realmente pero me encanta ir, aunque sea, a ver aparadores.

Después de tanto cacareo, tanto anuncio prometiendo unas ofertas irresistibles en casi todas las cadenas comerciales de México he de ser totalmente honesta y confesar que caí en las redes de la mercadotecnia, metí en mi bolsa algunos ahorros y salí de casa acompañada de mi mamá a ver aparadores.

Ella me despertó entusiasmada exclamando: “Acabo de ver en la tele que las salas en Elektra están rebajadísimas, hay unas en $3500, como no están ustedes para saberlo ni yo para contárselos en casa tenemos una sala antigua que está tan dura que no permanecemos sentados mucho tiempo, pensar en una más confortable y a un buen precio me entusiasmó.

Nos bañamos de volada y salimos a la excursión, en mi cabeza pensaba en una pantalla plana, un ipod, en ropa para mi gente cercana, de una vez aprovecharía para comprar los regalos navideños. Al llegar a la tienda Elektra de San Cosme me imaginé que habría un tumulto peleándose los muebles y oh sorpresa, habría unas diez personas como los chinitos ” nomás milando”. Muchos estaban formados en la fila del Banco Azteca, seguramente pagando para tener más crédito y embarcarse con algo más.

Las pantallotas de plasma o LCD estaban de oferta, pero costaban más que antes y con los descuentazos creo que quedaban francamente en el mismo precio, además eran modelos de hace dos años, las ofertotas eran más atractivas pagando a crédito, al cash no había un precio que resultara tan atractivo. Llegamos a las salas, estaban puros muebles que se nota que los sacaron en la noche de las bodegas, hasta polvo tenían, uno sofá medio chueco de una pata, en un color misterioso entre negro pálido, gris Oxford o chocolate, dependía del color de la pared de la sala para que se definiera, otra salilla francamente horrible con una rotura en el loveseat que era tan evidente que nadie creería que lo compraste en una tienda de muebles, parecía sacado de un mercado de pulgas. Unos comedores maltratadones, medio descoloridos por estar mucho tiempo en exhibición y con huellas evidentes de maltrato. Lo último en tecnología cero descuento, todo como siempre a precio de oro. Pese al excelente servicio de los vendedores salimos corriendo.

De ahí nos fuimos en metro al zócalo, para ver sí en Liverpool, Palacio de Hierro, Suburbia o en C´A había las gangas prometidas, (sí uno es terco), entramos a Liverpool, había unas promociones al 3x2, las prendas en oferta estaban en $499 o menos, te llevabas “gratis la de menor precio” pero prendas bastante feas lo último en moda cero descuento, seguimos buscando y encontramos unos botaderos con suéteres de colores pálidos y como para mi abuelita, pero como ya se murió ahí los dejamos. Otro ofertón era un pantalón talla 40, como de los años 70 con la famosa pata de elefante, en esa sección había pura prenda muy pasada de moda ah, te daban 20% en monedero electrónico, buscamos ropa para caballero, yo ilusa pensé en comprar algo Levi´s ó Dockers para mi novio pero todo costaba lo mismo de siempre, ¡Hay más promociones en las Ventas Nocturnas! Salimos de Liverpool con las manos vacías.

En Palacio de Hierro había más gente, vimos ropa para Caballero bonita pero carísima, igual que en las tiendas anteriores, lo feo, pasado de moda y de colores raros era lo que estaba de “oferta”: un sweter de cuello ruso color mostaza con aplicaciones en los codos y hombros estilo “el Chómpiras” con 20% en $4259.00 o unas botas negras para dama que me encantaron costaban $3500.00 y la vendedora amablemente me dijo que me las ponían a seis meses sin intereses, ante el temor de endeudarme mejor salimos corriendo. Había mucha gente pero nada más caminando, pocos traían bolsas con compras.

Atravesamos la calle y fuimos a C´A y lo bonito estaba al mismo precio de siempre, entramos y salimos con las manos vacías, en la calle un joven entusiasta y sonriente nos regaló un volante y nos invitó a “El Nuevo Mundo” en donde las supuestas rebajas iban desde el 10% al 50% y ahí vamos, curiosamente el modus operandi se repitió, vi una playera de hombre muy padre pero curiosamente esa no entraba en ninguna promoción, ahí le dije a la vendedora: Señorita sacaron puros saldos ¿verdad? Estas playeras estuvieron de moda hace seis años, ella se rió nerviosa y me dijo que sí, que francamente ella también estaba convencida que “El Buen Fin” era solamente un engaño y que los clientes salían decepcionados por las gangas.

Volvimos a casa con el dinero intacto, ya no quisimos ir a Reforma 222 para percatarnos que el patrón se repetiría, cuando llegué a casa leí en www.eluniversal.com.mx que en Plaza Kukulkán Calderón dio el banderazo de “El Buen fin”: Margarita Zavala compró una ganga: un cd del Buki en $99.00 envuelto para regalo porque era para el Presidente para hacerlo cercano al pueblo sin caer en el populismo o para ver sí se le pega un poco de la fama de Marco Antonio Solís, los funcionarios compraron pants y balones pero Felipe Calderón, en Mix-up adquirió Calderón unos muñecos de The Beatles y un dvd de “Los Miserables” no sé si haciendo apología de lo que piensa verdaderamente del pueblo que espuriamente gobierna, de lo miserables que nos sentimos al no poder adquirir prendas de calidad porque nuestro poder adquisitivo es francamente deplorable, de lo miserables que somos por ser engañados, de lo miserables que van a sentirse los padres de familia que se están endeudando más y más para que sus hijos disfruten “de lo que ellos jamás tuvieron” y pronto los abogados de los bancos van a estar intimidándolos por teléfono para que paguen sus deudas porque tanto abono chiquito se volverá una deuda gigantesca, o de lo miserables que nos vamos a seguir sintiendo porque “haiga sido como haiga sido” el país está hoy en una situación miserable.

Margarita Zavala compró una ganun cd de “El Buki” en $99.00 y los funcionarios balones y pants, me hubiera gustado verlos vistiendo las prendas gachas que se ofrecían en los aparadores, pero no va a ocurrir porque ellos se visten en el extranjero el dichoso “Buen fin” no es más que un fraude, otro más que viene de la iniciativa de un Presidente producto de eso.

¿El fin de semana más barato del año? Jajajaja en México no, en otros países quizá

No hay comentarios: