El domingo pasado Josefina Vázquez Mota fue electa candidata presidencial del PAN con poco más de 55% de los votos. Esta declaratoria fue avalada por los candidatos derrotados, dirigentes e incluso el mismo Presidente, quienes aseguraron que ella sería la primera mujer presidente de México.
¿Será esto cierto? Podemos esperar que ella triunfe en las elecciones de julio una vez que ha superado el reto, tal como en su momento lo hizo Calderón, de enfrentar a un candidato “oficial” y al aparato gubernamental que operaba en su contra.
Faltan varios meses para saber si esto será cierto o no, pero mientras esto ocurre a mi parecer, si partido y candidata desean triunfar deberán superar cinco problemas que menciono a continuación:
1. El gobierno. Quizás el mayor lastre para el partido y “Chepina” sea lo hecho en los últimos años por el gobierno de Calderón, sobre todo lo que en materia de seguridad y economía se refiere. Será difícil descarmarse de los desaciertos del gobierno federal, sobre todo cuando JVM y partido no sólo han defendido sino garantizado continuar con actividades tan controversiales como la penosa guerra contra el narco.
2. El partido. Ha quedado claro que el PAN durante este tiempo no pudo aprender a ser gobierno y superar su papel de oposición leal. A lo largo de estos doce años los panistas no lograron consolidar una forma de gobierno propia, ni tampoco hacer realidad sus planteamientos y mucho menos mostrarse como una buena alternativa política. Más aun, en esta precampaña la estructura partidista ha quedado desgastada y, peor aún, ha demostrado que para operar ha tenido que hacerse de todas las practicas que habían identificado al PRI y que dan muestra de lo que podemos esperar del partido-gobierno en los siguientes meses.
3. La candidata. Para muchos uno de los principales activos de Josefina es su género, aunque esto es un arma de doble filo por las barreras culturales que la sociedad presenta. Por ello, requerirá más que una imagen, deberá formar una agenda que la distinga e identifique y a la vez muestre una propuesta interesante para la sociedad. Otro factor importante a considerar es su personalidad. No podemos olvidar las acusaciones por su trabajo como coordinadora parlamentaria o bien, su gusto por la joyería de diseñador. Estos actos deberá cuidarlos si busca ser coherente con un partido que profesa el humanismo como ideología.
4. La oposición. Algo debe quedar claro para la candidata: competir con Creel y Cordero no será lo mismo que hacerlo con Peña y Obrador, como tampoco lo será ganar una interna con amplio margen y buscar repetir la hazaña en una campaña institucional. Aunado a esto es evidente que el triunfo en la interna no fortaleció realmente a Josefina, pues aunque le ganó al favorito de los Pinos, y pese a los abrazos y besos exhibidos, está claro que para varios panistas ella no era la mejor opción por lo cual si quiere ser competitiva, debe pensar no sólo en los rivales de fuera sino también en los internos.
5. La memoria. Una crítica común a los ciudadanos es su corta memoria y estrechez de mirada. Esta situación ha servido al PRI para apuntalar a su candidato al hablar de “una manera diferente de hacer las cosas”, olvidando así lo hecho en setenta años. Esta misma memoria de cortoplacismo no será, sin embargo, un factor a favor del PAN pues muchos, principalmente los más jóvenes, no saben de este pasado priista pero sí, junto a millones de mexicanos más, de la sangre derramada por el actual gobierno y que difícilmente se podrá borrar de la memoria.
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