miércoles, 29 de febrero de 2012

Policías mexiquenses dejan huir a un violador y feminicida serial Prófugos, dos de tres agentes ministeriales que resguardaban a El Coqueto en Tlalne


Advierte la procuraduría estatal que César Armando Librado Legorreta es altamente peligroso y solicita ayuda para localizarlo
En un video, confesó ocho ataques sexuales y siete asesinatos

Alfredo Castillo Cervantes, procurador general de justicia del estado de Mexico, muestra los lugares donde atacaba César Armando Librado Legorreta, alias El Coqueto (en la pantalla), violador y asesino confeso que el lunes burló la vigilancia de tres policias ministeriales y escapóFoto MVT
Israel Dávila y Silvia Chávez
Corresponsales
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de febrero de 2012, p. 38
Toluca, Méx., 28 de febrero. César Armando Librado Legorreta, alias El Coqueto, chofer de microbús de 29 años de edad detenido el jueves anterior por agentes ministeriales mexiquenses, violador confeso de ocho mujeres y asesino de siete de ellas, se fugó por una ventana de las oficinas de la Subprocuraduría de Justicia en Tlalnepantla la madrugada del lunes, pese a que supuestamente se hallaba esposado y vigilado por tres agentes ministeriales del estado de México. La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) ignoraba de la evasión cuando, horas después, dio a conocer su captura.

El Coqueto fue aprehendido en una colonia popular del municipio de Tlalnepantla, estado de México, donde vivía con su esposa, a quien regalaba las pertenencias de las mujeres que violaba y asesinaba a bordo del microbús que conducía del estado de México al Distrito Federal.

Librado Legorreta admitió ante el Ministerio Público que abusó sexualmente de ocho jóvenes de entre 16 y 35 años y dio muerte a siete de ellas aplicándoles una llave con los brazos hasta asfixiarlas. Luego abandonaba los cuerpos en la calle.

Veía la oportunidad y lo hacía

Todas las violaciones ocurrieron después de las 22 horas, cuando el último pasajero del microbús de la ruta 2 (de Valle Dorado, en Tlalnepantla, a la estación del Metro Chapultepec, en el Distrito Federal) era una mujer, a quien convencía de llevarla a su casa. Sólo a una la atacó en la madrugada, alrededor de las 5:30 horas. Era su primera pasajera.

Yo sólo veía la oportunidad y lo hacía, dijo Librado Legorreta en una entrevista con agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM), difundida durante la conferencia de prensa que el titular de la dependencia, Alfredo Castillo Cervantes, ofreció ayer en Toluca. El procurador solicitó a la sociedad cooperar para recapturar a Librado Legorreta.

Alfredo Castillo atribuyó la fuga a la negligencia de los agentes ministeriales Rodrigo Israel Rodríguez Hernández, Saúl Antonio Sánchez Ortega y Luis Alberto Cañedo Chaparro, encargados de su custodia, quienes desaparecieron después de la fuga.

Librado Legorreta es considerado por las autoridades un “feminicida serial” de alta peligrosidad. Perpetró su primera violación en junio de 2010. Su víctima fue una joven de 19 años que abordó el microbús por la madrugada con destino al Metro Chapultepec. Era la única pasajera y él le comentó que se desviaría de la ruta para cargar gasolina. En una calle solitaria detuvo la unidad y atacó a la mujer.

“Le dije: ‘tú ya valiste madres’. Le di una cachetada, la tomé de los brazos y la sometí”, dijo Librado Legorreta en un video que le hizo la PGJEM. Luego la asfixió. O al menos eso creyó. La joven fingió estar muerta y fue abandonada. Fue ella quien denunció y ofreció la media filiación de César Armando Librado.

Ante la cámara, El Coqueto, como lo apodaban sus compañeros operarios, relató con detalle cada una de sus violaciones. Recordó los objetos que hurtó a sus víctimas. A ésta le quite el pantalón, unos mallones y una playera. Llevaba un celular y una plancha para el cabello. La ropa y la plancha se las regalé a mi esposa América; el celular lo empeñé y me dieron 500 pesos por él. Todo lo dice con naturalidad, sin que su rostro muestre sentimiento alguno.

El 14 de julio de 2010 perpetró su segundo ataque, a una joven de 22 años. Luego fue una muchacha de 17, cuyo cuerpo abandonó en la delegación Cuauhtémoc del Distrito Federal, y por la cual la PGJDF le tomó declaración el domingo en la Subprocuraduría de Tlalnepantla, horas antes de la fuga.

El 26 de noviembre de 2011 atacó a su cuarta víctima, una joven de 16 años. El quinto cuerpo, de una mujer de 25 que abordó el microbús en Lomas Verdes, fue encontrado el pasado 25 de diciembre en la carretera a Lago de Guadalupe.

La sexta víctima, una joven de 18 años, fue descubierta el 31 de diciembre en la carretera Mexico-Querétaro. La séptima, de unos 20 años, abandonada en un cárcamo a un costado de la avenida Reyes Heroles, en Tlalnepantla, fue violada y asesinada el 8 de enero. La última fue una mujer de 35 años que la noche del 18 de enero subió al microbús en el Metro Chapultepec.

El procurador Alfredo Castillo dijo que Legorreta no fue ingresado de inmediato a un penal porque no se le detuvo en flagrancia. Tampoco podía estar en las galeras, porque el nuevo sistema de justicia penal lo impide. Por eso estaba en una oficina, pero estaba custodiado por tres elementos. Si hubieran cumplido con su labor, no se habría dado la sustracción, afirmó. El Ministerio Público esperaba que un juez de control de Tlalnepantla librara la orden de aprehensión.

El procurador reveló que ayer se arrestó al agente ministerial Luis Alberto Cañedo por la evasión. El policía declaró ante el Ministerio Público que fue a la planta baja de la Subprocuraduría por un café.Al regresar a la oficina se percató de que ya no había nadie. Minutos después recibió una llamada del teléfono celular de uno de sus compañeros, quien le dijo: Pélate, porque se nos fugó, indicó.

Conrado Adelfo Gómez, quien desde hace 21 años es checador de la ruta 2, dijo que El Coqueto ya había dado muestras de ser agresivo con las mujeres. Varios de sus compañeros lo retaron a golpes porque les faltaba a las mujeres de manera recurrente, relató. Era un cobardón, pues aunque soy más viejo lo reté, pero no le entró; daba coraje ver cómo insultaba a las mujeres, dijo el conductor Carlos Gustavo Cota Luna, quien desde hace 20 años labora en el servicio colectivo de pasajeros.

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