TRASCENDIO

Que a las seis de la tarde se rindió finalmente el equipo de Ernesto Cordero.

Todavía minutos antes, sus mediciones lo ponían seis puntos atrás de Josefina Vázquez Mota, lo que abría la posibilidad para una segunda vuelta el domingo 19.

Los corderistas advirtieron siempre que los resultados de varias zonas del norte del país estaban demorados. Cuando llegaron, la realidad fue contundente: Josefina les ganaría por más de 10 puntos. Así lo comunicaron por ahí de las siete y media, con un escueto: “Ya se ve difícil”.

Que, en cambio y sin romper un instante la confidencialidad, en la casa de Josefina siempre informaron que los números marcaban que no habría segunda vuelta.

Ni siquiera alrededor de las cuatro de la tarde, cuando se les presionaba con la información de los corderistas de que las cosas se habían cerrado a tres puntos.

“Juramos que no habrá segunda vuelta, pero no podemos decir más”, fue la respuesta.

Que fue una visita relámpago la de Felipe Calderón a la sede nacional del PAN.

Acompañado por su esposa, Margarita Zavala, el Presidente entró al edificio de avenida Ángel Urraza y permaneció ahí el tiempo necesario para cumplir con el trámite de felicitar a Josefina Vázquez Mota. Luego se retiró tan rápido como llegó.

Que ante la abultada ventaja con que Vázquez Mota se hizo de la candidatura presidencial del PAN, su círculo cercano decidió, antes de partir de su casa de precampaña, no presentar ninguna denuncia por los presuntos acarreos a favor del ex titular de la SHCP.

Ya para qué.

Que en donde la derrota de Cordero preocupó en serio fue en el flanco de Andrés Manuel López Obrador.

Cada vez hay más voces ahí hablando de que “no prende” la campaña de la república amorosa, a lo que sumaban la posibilidad de que Josefina fuera la candidata del PAN, lo que despierta los fantasmas de 1994 y 2000: el distante tercer lugar.

¡Y Josefina ganó, de calle!