TRASCENDIO

Que fue evidente la molestia de Leonel Godoy cuando su sucesor, el nuevo gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, mencionó la compleja situación en que le dejó el estado, sobre todo en finanzas y seguridad.

Pero a pesar de los reproches que marcaron el relevo en la entidad, la ceremonia en la que el perredista entregó el gobierno al priista, tras una década de administraciones de izquierda, fue bastante cordial.

Lo mismo asistieron el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, y los Cárdenas —Cuauhtémoc y su hijo Lázaro, quien viajó desde Washington sólo para estar en la ceremonia—, que el precandidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto.

Quienes también se vieron muy platicadores y afables fueron el propio mexiquense y el coordinador de los senadores priistas, Manlio Fabio Beltrones, en el acto del Teatro Morelos, donde también aparecieron los ex gobernadores Ulises Ruiz y José Reyes Baeza.

Que en la PGR y la Fepade señalan que la salida de su ex titular José Luis Vargas se debió a varios temas, entre ellos que se la pasaba quedando bien con los que fueron sus jefes, Maricarmen Alanís y Jesús Ugalde, entre otros, lo que ponía en riesgo la imparcialidad del proceso electoral.

Pero que lo que de plano explotó fue la comida que tuvo en un lugar público con el diputado del PRI Francisco Rojas, como última acción para que lo protegieran al frente de la fiscalía electoral.

Que en la detención del Gentleman de las Lomas, Miguel Sacal, pesó la mano del jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, quien desde que se divulgó el caso, el 10 de enero, ordenó al entonces procurador, Miguel Ángel Mancera, evitar la impunidad.

Mancera le pasó la estafeta a Jesús Rodríguez Almeida, nuevo titular de la PGJDF, quien todos los días reportaba los avances, hasta que la nueva Policía de Investigación detuvo al empresario textilero.

Que tras la bravata del boxeador Juan Manuel Márquez de querer entrarle a los trancazos con el IFE, los consejeros electorales determinaron bajarse del ring y al puro estilo Fox se preguntaron: ¿y yo por qué?

De ahí que le recomendaran al pugilista que antes de entrenarse, mejor cambie de mánager, porque se le olvidó que fue el Tribunal Electoral el que ordenó que se le sancione, mientras que el propio IFE había acordado únicamente una “amonestación pública”.