PRD y Mancera ¿Dónde quedó la Izquierda?
por Pablo Hernández
La crisis del PRD se sigue profundizando en el peor momento: el regreso del PRI de siempre, el PRI de la corrupción, de la justicia selectiva, de la simulación, del control corporativo, el PRI que mueve a México para que regrese al pasado.
Durante la campaña presidencial, los presidentes del PRD (Jesús Zambrano) y del PAN (Gustavo Madero) insistieron sobre los riesgos de la recomposición del antiguo régimen autoritario…irónicamente fueron los primeros en la fila para acelerar el proceso de regresión a la vieja hegemonía.
Los nuevos viejos tiempos nos convocan a la unidad nacional, a anteponer las coincidencias a las diferencias, a no dividir a México, las cándidas dirigencias del PRD y el PAN mordieron el anzuelo. Más allá del contenido del Pacto por México ¿cuáles son los riesgos políticos para el PRD como partido y para nuestra democracia en general?
El Pacto por México debilita al Congreso de la Unión y lo regresa a su condición de irrelevancia institucional anterior a 1997, diputados y senadores quedan reducidos a meros “levantadedos”, pues las iniciativas de reforma son elaboradas por un comité que carece de representación de los ciudadanos, sus deliberaciones no son públicas, impidiendo que la ciudadanía identifique las posiciones de las distintas fuerzas políticas, dejándolos sin herramientas para decidir quién los representa.
Nuestros “representantes populares” no tienen oportunidad para sugerir ningún cambio, mucho menos hacer objeciones de fondo a las iniciativas que desde los medios y el poder nos imponen, pues supuestamente son “las que México necesita”.
El Pacto por México excluye y sataniza las diferencias tan necesarias en democracia, neutraliza a la oposición y pervierte las causas sociales convirtiéndolas en monedas de cambio para aceptar la restauración.
Que el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, haya firmado el Pacto por México sin haberlo consultado con los órganos de dirección del partido como marcan los estatutos, el que hayan postergado la realización del Congreso Nacional y que se haya venido difiriendo la convocatoria al Consejo Nacional impide la deliberación del actual rumbo político del partido, dejando indefensa a su militancia que ha quedado reducida a observadora de las acciones que asemejan a un golpe de Estado técnico de Enrique Peña Nieto al PRD.
El PRD debe perder el miedo a “portarse mal”, es preferible una izquierda que sepa decir no, a una izquierda del invariable “sí señor”, sólo por el temor a quedarse fuera, a opinar diferente. Ser oposición no significa votar todo en contra, significa vigilar al gobierno, fiscalizar las políticas, representar a nueve millones de ciudadanos que decidieron votar por el PRD.
Desafortunadamente el Pacto por México genera un clima adverso al cuestionamiento, ¿cuál fue la posición del PRD respecto de la eliminación del Servicio Profesional de Carrera o de la desaparición de la Secretaría de la Función Pública, de la Cruzada Contra el Hambre o del planteamiento de la Gendarmería Nacional? El PRI lleva de la mano a la dirección del PRD al abismo, ya no es oposición pero tampoco es gobierno.
DF: izquierda neutralizada
Desafortunadamente otra cara de la restauración son las acciones del Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, la administración en la Ciudad de México poco a poco va dejando de ser el referente de las políticas de izquierda, va perdiendo su condición de polo de influencia y de posicionamiento de un proyecto que se distingue del PRI y del PAN. El Gobierno de la Ciudad de México se suma a la misma estrategia de neutralización de la izquierda como proyecto alternativo.
El simbolismo de algunas decisiones de Mancera rompe con los principales valores de la izquierda: obligar a la Asamblea Legislativa a reformar el Código Penal, en lugar de que la Procuraduría se desistiera de la acción contra los detenidos del 1 de diciembre, evidenció a un Mancera complaciente con el discurso de la derecha que criminaliza la protesta. La fallida propuesta de cobro del alumbrado público sorprendió a propios y extraños al ser una medida que atenta contra el espacio público.
El reciente anuncio del aumento al transporte público es un duro golpe para la mayoría de las familias del Distrito Federal que veían en la política pública del Gobierno de la Ciudad un alivio para su economía. La eliminación del programa de playas artificiales del DF es una medida profundamente clasista que regresa a la exclusión a las familias de menores ingresos de la Ciudad. La visita a El Vaticano desarticula el discurso del Estado laico y de la Ciudad de México como espacio de libertades.
Desafortunadamente ningún actor preponderante del PRD en la Ciudad ni a nivel nacional ha cuestionado estas decisiones. La Asamblea Legislativa no es más que la caja de resonancia del antiguo palacio del Ayuntamiento. Los diputados y senadores del partido no han articulado siquiera una agenda para la ciudad.
Hace una semana publiqué en Twitter que tomaba la decisión de renunciar al PRD y efectivamente, renuncio a quedarme callado, renuncio a voltear hacia otro lado mientras el PRD deje de ser oposición para convertirse en satélite del PRI y su gobierno, renuncio a que militar en el PRD se reduzca a portar una credencial amarilla y no a militar en las ideas y valores de la izquierda.
Rescatar o abandonar al PRD es una decisión que amerita ser tomada en colectivo, convoco a la militancia que se mantiene en el partido, en especial a los jóvenes, así como a los ciudadanos que se identifican con la izquierda a discutir qué está sucediendo en el PRD, sobre el actual proceso de restauración del viejo régimen, sobre la necesidad de promover una plataforma progresista, democrática y liberal rumbo a la renovación de la dirigencia nacional del PRD y hacia la próxima elección presidencial.
Respeto a compañeros y compañeras que han tomado la decisión de participar en MORENA, reconozco en Andrés Manuel López Obrador a uno de los dirigentes políticos más sinceros del país, sin embargo no coincido con que MORENA sea dirigido por una sola persona, donde la divergencia se entiende como traición, donde se promueven concepciones nacionalistas, y que a la fecha mantiene reservas frente al aborto y el matrimonio de personas del mismo sexo, entre algunas otras posiciones que considero no son liberales ni democráticas.
Renunciar sin deliberar ni involucrar a mis compañeros y compañeras en esta decisión no tendría significado. Muchos han abandonado el partido creyendo que gritaban en el desierto sin que nadie los escuchara; antes de irme prefiero intentar comprobar lo contrario.
* Militante bajo protesta del PRD. Pablo Hernández ha sido candidato a Diputado Federal plurinominal del PRD en 2012, Delegado de la Comisión Política Nacional para el proceso electoral 2012, Subsecretario Nacional de Asuntos Juveniles del PRD 2011-2012 e integrante más joven del Consejo Nacional del PRD 2008-2012. Es fundador de las Juventudes de Izquierda (JIZ) y ha representado al PRD en distintos foros internacionales.
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