Pacto por México, una farsa”; ¿“perdona” AMLO otra vez a Los Chuchos?
López Obrador recorre el país por enésima vez y desde cualquier rincón puede dar la nota, pues como prácticamente único opositor al régimen vigente, posee no sólo peso “moral” o cierto carisma, sobre todo, tiene la solidez de los millones de votos alcanzados en 2006 y 2012.
“El Pacto por México es una farsa alimentada por dos partidos que deben considerarse uno solo: el Revolucionario Institucional y Acción Nacional” (Diario 24 Horas, 08-06-13), dijo el fin de semana pasado desde Saltillo ante seguidores al tomar protesta a los comités municipales Morena. Es decir, se refiere al famoso PRIAN.
Al leer la nota, queda la impresión de algo trunco. ¿Y el PRD? Porque hasta hoy, el dichoso pacto ha sido legitimado por PRI, PAN y PRD (PRIDAN). Es más, según artículo de Álvaro Delgado en Proceso, en medio de la disputa post-electoral 2012, Jesús Ortega habría concebido la idea (vaya imaginación, con aroma a priismo rancio) para formular un acuerdo tripartita y se la habría planteado a un viejo amigo priista, José Murat, quien fue con el recado a Peña y este la habría tomado y asumido como propia. Los Chuchos “vendieron” esta posibilidad un mes antes de que el TEPJF dictaminara sentencia y declarara ganador a Peña (“La historia del frágil ‘Pacto de los Cuates’”; Proceso, 27-04-13).
Nueva puñalada del clan Chucho a quien los ha encumbrado con sus votos a las alturas insospechadas que han alcanzado. Ya se sabían el camino. Este grupúsculo anida en su información genética la transa-acción, así que después del 2006 pactaron con Calderón –quien entre otras cosas les concedió la presidencia del PRD ganada originalmente por Alejandro Encinas-, en 2012 con Peña y no dudarán en hacerlo con el diablo que sea en 2018.
López Obrador no es inocente y conoce esta información. ¿Por qué entonces excluir de su crítica al “Pacto por México” al PRD Chucho-Apeñado? ¿Los “perdona” de nuevo? ¿Actúa una vez más con pragmatismo político? ¿No quiere establecer más resentimientos con su vieja “familia”? ¿Los espera para la lucha contra el proceso de privatización del petróleo? ¿Procurará una nueva alianza con ellos como en 2006 y 2012 hacia 2018?
Ser víctima de una primera traición puede tomar por sorpresa, de una segunda puede ser ya parte de un cálculo, de una tercera pudiera ser extrema necedad o algo más. (¿O acaso los conoce tan bien que juega con ellos ateniéndose a las consecuencias?).
Como quiera que sea y al menos que hacia 2018 tenga una jugada maestra, ya no podrá AMLO aplicar a Los Chuchos el apotegma de Julio Cesar al ser apuñalado por Marco Bruto “¿Tú también, hijo mío?
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