De cuándo acá una diputación plurinominal, o sea sin el respaldo popular, es más importante que una secretaría de estado. Estos panistas con los valores tergiversados creen que nos vamos a tragar el cuento de que la señora dejó el cargo por voluntad propia y que ni siquiera sospechamos quién la sacó por la puerta de atrás.
Una de las facturas más caras que Calderón se echó encima es precisamente la de Elba Esther Gordillo, la mapache electoral.
No sólo manda en la SEP, en la Lotería Nacional y en el ISSSTE. Doña perpetua decide también desde Los Pinos.
Bien dice Andrés Manuel que la doctrina de la derecha es la hipocresía. Basta ver la cara de Vázquez Mota para comprobarlo. Semejante golpeadora con gesto de no rompo un plato. Sólo Dios sabe que pleitazos se libraron dentro de la SEP entre dos viboritas de la misma calaña, ah, pero eso sí, siempre agarraditas de la mano ante los medios.
Apenas al lado de Germán Martínez va a quedar bien acomodada la venida a menos. Par de ignorantes que no han leído en su vida a Carlos Fuentes ni a Octavio Paz. Son del grupito de intelectuales de Marta Sahagún, Fox, Sari Bermudez y el chaparrito peloncito de lentes, que no se ha enterado del cargo que ocupó el maestro y escritor Jaime Torres Bodet, le sonó a policía el apellido.
Desgraciadamente las cosas no estarán mejor en la SEP con la salida de doña desvíos presupuestales. La que tendría que salir a patadas es la Gordillo para que más o menos empezaran a recomponerse las cosas, pero eso está tan difícil como que un maestro “afortunado” pueda con el mantenimiento de una hummer. Por cierto, ya están vendiéndose los boletos, no se sabe dónde ni a quién, pero la Gordillo ya está recuperando la cuantiosa inversión que hizo para elevar la calidad de la educación en México.
Ya en otra columna había comentado que vengo de una familia de maestras, así que no hablo por hablar, la educación está resintiendo enormemente la llegada al poder de la ultra derecha panista, y por ese camino va hacia el desmantelamiento de una educación laica, gratuita y obligatoria como lo marca nuestra Constitución. Sin embargo, todavía está por verse, porque si hay un sector en este país con conciencia social y espíritu de lucha está precisamente en la CNTE, que no en el SNTE.
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