sábado, 4 de abril de 2009

SALVADOR GARCIA SOTO.

Serpientes y Escaleras
04 de abril de 2009

El hombre que dividió al PRI

Los priístas no saben cómo reaccionar ante la agresividad del PAN, porque es la primera vez que son víctimas de una campaña negativa a nivel nacional

Si de algo podían presumir los priístas —en su añorada senda de regreso al poder— era de que, si bien nunca se reformaron ni se renovaron en ningún sentido, sí aprendieron de sus dolorosas derrotas y comprendieron rápidamente que un valor necesario, indispensable si querían volver, era la unidad.

Tras el rotundo fracaso de Roberto Madrazo en las presidenciales de 2006, que le costó al PRI la caída al tercer sitio de la votación nacional, los pragmáticos priístas ubicaron y procesaron pronto cuál había sido su error: la imposición de un candidato con su grupo provocó rupturas, enojos y desprendimientos que cancelaron de golpe las posibilidades de retorno a la Presidencia.

Tres años después, la consigna se volvió una ley no escrita pero respetada por todos los grupos, sectores, jefes políticos y organizaciones priístas: u-ni-dad. Y así se han mantenido desde entonces; han sabido dirimir diferencias internamente, ocultar sus pugnas de poder y procesar, sin turbulencias o jaloneos visibles, asuntos tan complicados como la selección de sus candidatos a diputados y a gobernadores de este año, siendo, con mucho, el partido que mejor sacó sus procesos de postulación.




Pero esta semana hubo un hombre y un tema que provocaron fisuras en la casi perfecta “unidad priísta”. Los ataques de Germán Martínez Cázares, líder nacional del PAN, con todo y su estrategia mediática, calaron fuerte en el ánimo de los priístas, sobre todo a partir de que constataron el daño de los misiles verbales del dirigente blanquiazul con la caída de 10 puntos del PRI en las encuestas.




Empezó entonces la ebullición. Un ala de priístas comenzó a empujar la idea de que había que responderle a Germán con una estrategia de contraataque que no sólo rebatiera sus argumentos contra el PRI —“que tienen nexos con el narco”, “que no quiere aprobar las iniciativas de Calderón en materia de seguridad”—, sino que también contestara con ataques y señalamientos directos a Acción Nacional. Pero otra ala del PRI se opone a responder, y considera que hacerlo sería “caer en el juego” del dirigente panista y que el resultado sería dañino para el viejo partido porque lo metería en la dinámica de confrontación y no de propuestas y soluciones para gobernar.




La división en los priístas, causada por Martínez, se evidenció el martes, cuando en la fracción de senadores Jesús Murillo Karam y Francisco Labastida convocaron a una reunión ex profeso para discutir cómo debían contestar a la estrategia del dirigente del PAN. Lo delicado es que a esa reunión, que convocó a más de 20 senadores del PRI, no asistió Manlio Fabio Beltrones, el coordinador parlamentario, quien de hecho se encontraba fuera de la ciudad y no estuvo de acuerdo con el motivo para citar a la fracción.




Es decir, que la molestia y la ira de los priístas por el golpeteo de Germán y sus efectos nocivos para el PRI provocaron que un grupo de senadores rebasara el liderazgo de Manlio y, aun con él en desacuerdo, los legisladores discutieran y acordaran que van a responderle al presidente del PAN, en una especie de “ojo por ojo y diente por diente”.




En el mismo tenor de los senadores rebeldes están varios gobernadores que, desde que inició la estrategia agresiva de Martínez Cázares, han presionado a Beatriz Paredes para que el CEN priísta reaccione y asuma una posición más contestataria hacia la estrategia del panista.


Beltrones, en cambio, empuja junto con Beatriz la idea de que al PRI “no le conviene enfrascarse en ese tipo de disputas”. Los priístas, dice el sonorense, debemos ocuparnos de los temas sustantivos que le interesan a la gente; hablar de seguridad, desempleo, violencia del narco, economía. “Meternos a la confrontación no es algo que nos vaya a beneficiar, los priístas no tenemos por qué caer en eso”, dice el coordinador de los senadores que exigen respuestas directas a los ataques del PAN.




La propia dirigente Paredes es criticada por legisladores y gobernadores de su partido que se quejan de que “no da la cara y no asume su papel” para responderle a Germán. Internamente, hay priístas que cuestionan a Beatriz y la llaman “colaboracionista”.




La realidad es que los priístas no saben cómo reaccionar ante la agresiva campaña del PAN, porque es la primera vez en su larga historia de 80 años que son víctimas de una campaña electoral negativa a nivel nacional. Siempre fueron ellos los que lanzaban el lodo (y el aparato de Estado) a la oposición, pero nunca les tocó ser el centro de los ataques.




Y como tampoco han aprendido a ser una oposición real, y sigue corriendo por sus venas la escencia “gobiernista” con la que nacieron y se mantuvieron por décadas en el poder, están pasmados y divididos, mientras la ventaja que tenían en las encuestas rumbo al 5 de julio se les diluye como agua, y con ella la idea de que tenían todo allanado e iban “en caballo de hacienda” para volver al poder en 2012.


NOTAS INDISCRETAS... Viejo lobo de mar, Roberto Madrazo puso en marcha toda una estrategia para lograr que su hijo, Federico Madrazo, entrara directo a las listas plurinominales del PRI. Unas semanas antes de que el PRI definiera los nombres, en el momento más álgido de las negociaciones entre grupos, el líder del PVEM, Jorge Emilio González, amigo de los Madrazo, mandó el mensaje directo: “Si no meten a Federico en sus listas, yo lo voy a meter y va a ir como primero en la lista del Verde”. El efecto fue inmediato: en la valoración de los jerarcas priístas, con su obsesión por dar imagen de unidad, no iban a aceptar que el hijo de un ex dirigente nacional y ex candidato presidencial fuera candidato por otro partido. Y así, sin mérito propio más que su apellido, Federico será diputado por segunda vez… Tan distantes y tan parecidos: Elba Esther Gordillo, acérrima enemiga de Madrazo, también intentó hacer una jugada “maestra” para asegurar que su nieto, René Fujiwara, entrara como diputado en la próxima Legislatura. En principio la maestra quería que entrara a las listas plurinominales del PAN; ya lo había negociado y era parte de sus tratos con Germán Martínez; pero cuando la alianza en Nuevo León se cayó por las inconformidades y presiones de panistas locales, no le quedó más remedio que meterlo a las listas de su partido, aunque también ahí hubo algunos inconformes, pero bastó un tronido de dedos de la abeja reina para que todos los demás zánganos del Panal se tranquilizaran… Escalera de los dados y se van al cajón. Vuelven a girar hasta el lunes 13 de abril. Descanso y salud para todos los lectores.

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